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sábado, febrero 22, 2025

Sumaq kawsay (Lengua Quechwa) El Buen Vivir: ¡Vive! Viniste A Eso

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El concepto Sumaq kawsay, se traduce como “Buen Vivir” en lengua Quechwa. La lengua Quechwa se habla en siete países del Sur del Continente Americano: Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina, Chile y Brasil. Esta lengua comparte similitudes gramaticales con el Aymara.

De modo que son lenguas andinas que conservan una relación mutua entre sus protolenguas. Se dice que, durante el desarrollo de la gran Civilización Incaica, el líder Pachakutek ordenó unificar las lenguas que transitaban el territorio Tawantinsuyano (Región que contempla la cordillera de los Andes). El objetivo del gran líder Inca era crear un idioma que unificara las cuatro regiones que conformaba su gobierno. Así fue creado el Runa Shimi (Idioma del hombre). Lo cual favoreció el comercio y la unificación política.

Desde hace algunas décadas, el concepto Sumaq kawsay, el cual se puede interpretar como: (“tomar solo lo necesario” con vocación para perdurar, sobre el mero crecimiento económico) ha sido difundido con mayor ímpetu en el Sur del Continente y últimamente en el mundo. Según la tradición oral de los pueblos andinos y la difusión política que se generó en los años 80 como propuesta política y cultural fortalecida por los movimientos indianistas de Ecuador y Bolivia: El Sumaq kawsay es un precepto cultural que define la filosofía india de los pueblos americanos. Engloba de manera concreta la finalidad comunitaria y las actividades condicionadas en los grupos étnicos de la región. Es decir:

Todo lo que se haga en el tránsito del hombre en la tierra debe tener como finalidad “el vivir la vida en plenitud”, tomar solo lo necesario de la Tierra para estar en armonía y no sobre explotar las entidades anímicas del entorno. Las “entidades anímicas” son un concepto que López Austin define como: “una unidad estructurada con capacidad de independencia, en ciertas condiciones, del sitio orgánico en que se ubica”. O, mejor dicho, lo que se entiende como “recursos naturales”.

Los pueblos indígenas andinos tienen muy claro lo que significa el Buen Vivir. Incluso es lo que da sentido a los modelos de organización comunitaria que se rigen como partículas independientes en comunión mutua de apoyo y movimiento. El saber existir a partir de la unidad. Por eso cada precepto andino busca el equilibro y tiene como finalidad tener una vida en plenitud, salud, unidad, cuidado de la Tierra, comunicación congruente con el entorno. Protección de los recursos naturales, congregación social y preservación cultural.

Actualmente, este concepto se ha convertido en algo más que una frase, se ha vuelto una forma de vivir, la búsqueda de una vida en calidad, sin acumulación. Los discursos friendly o amigables con los animales, el ecosistema, la diversidad y por supuesto las sorpresas del Cambio Climático, desde una perspectiva social cada vez más se parecen a los preceptos indígenas de América. Más allá del paradigma de la felicidad y el deseo, los pueblos andinos proponen una vida de calidad, de calma y congruencia.

La reflexión es: ¿Realmente vives la vida que elegiste?

Hace tres años Salamanca me recibió con una frase de Miguel de Cervantes que leí la primera semana que llegué a estudiar a la ciudad, recuerdo ese día con cada uno de sus detalles.

Me encontraba perdida en la ciudad, al llegar a la Plaza Mayor y no saber cómo volver a mi hotel, me detuve en la entrada de Mc Donald´s de la Calle del Corrillo para coger cobertura gratuita. Mi teléfono móvil no tenía simcard por eso no podía buscar en el mapa mi ubicación. Sentí tanta frustración porque me había perdido, porque me encontraba a millas y millas de distancia de lo único que conocía, América. Me sentía ajena y perdida en muchos sentidos, mientras intentaba adaptarme al clima me cuestioné varias veces las decisiones que había tomado para partir sola tan lejos de mi país y familia… De un momento a otro, levanté la mirada. Lo primero que me encontré fue un mensaje que parecía que alguien me había dicho que mirase. Todos los salmantinos conocen la columna de la Plaza Mayor que tiene pintada la siguiente frase:“Advierte hija mía, que estás en Salamanca. Que es llamada en todo el mundo madre de las ciencias. Y que de ordinario cursan en ella y habitan diez o doce mil estudiantes. Gente moza, antojadiza, arrojada, libre aficionada, gastadora, discreta, diabólica y de buen humor”, Miguel de Cervantes.

¡Vive! Viniste a eso

Hace dos semanas se presentó el libro: ¡Vive! Viniste a eso, compilación de entrevistas que coordinó el empresario salmantino Mario San Román, quien recopila una colección de reflexiones de más de cincuenta salmantinos y menos de cinco extranjeros residentes que están haciendo su vida en Salamanca. El sustrato de este libro, da testimonio de los desafíos que han tenido que superar salmantinos que han tenido una representación importante en la ciudad, en España y el mundo. La constante es, la búsqueda del éxito. ¿Pero qué es el éxito?

El libro incluye voces de diversos sectores: médicos, deportistas, artistas e investigadores, todos con una conexión a Salamanca. “No son solo salmantinos, sino personas que han hecho su vida aquí”, aclara Mario San Román. Entre los nombres destacados se encuentran Eusebio Mayalde y Doris Ruano, quienes aportan sus experiencias y consejos a los lectores. Las preguntas formuladas a los entrevistados contienen desde fracasos y éxitos. Lo que sirve como herramienta para los estudiantes o jóvenes que se adentran en el mercado laboral. “La gente se abre y comparte sus experiencias, lo que hace que el contenido sea auténtico y valioso”.

El libro no sólo ofrece una colección de reflexiones personales de personas motivadas, sino que también tiene un propósito altruista: cada ejemplar vendido alimentará a un niño durante un mes en Malaui.
Al final de cada entrevista, Mario San Román dedica una canción que le ha inspirado la historia de vida de cada personaje. Comparto a manera de agradecimiento, el fragmento de la canción que me “movió”.

MOVIMIENTO
Jorge Drexler
Apenas nos pusimos en dos pies
Comenzamos a migrar por la sabana
Siguiendo la manada de bisontes
Más allá del horizonte
A nuevas tierras, lejanas
Los niños a la espalda y expectantes
Los ojos en alerta, todo oídos
Olfateando aquel desconcertante paisaje nuevo, desconocido
Somos una especie en viaje
No tenemos pertenencias sino equipaje
Vamos con el polen en el viento
Estamos vivos porque estamos en movimiento
Nunca estamos quietos, somos trashumantes
Somos padres, hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes
Es más mío le que sueño que lo que toco
Yo no soy de aquí
Pero tú tampoco
Yo no soy de aquí
Pero tú tampoco
De ningún lado del todo
De todos lados un poco…

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