Las jacarandas comienzan a crecer en la Avenida Reforma y con ellas el rumor de que César Yáñez, el coordinador general de Política y Gobierno de Presidencia de la República, llega al Infonavit.
Al parecer, la estela de la ostentosa boda que envió a Yáñez a gayola ha concluido y al fin el Presidente ha decidido colocar a su mano derecha al frente de una de las posiciones más estratégicas.
¿Será que ya se están enfilando las piezas estelares del Presidente con miras al próximo proceso electoral? ¿Quién será la beneficiada o el beneficiado de estos movimientos?
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Hablando de rumores crecientes, se dice que Lázaro Cárdenas Batel, coordinador de asesores en Palacio Nacional, es el As que el presidente Andrés Manuel ha tenido bajo la manga para su sucesión. Sólo los conocedores de la política nacional sabemos que hasta el más mínimo asunto que sea de interés nacional pasa por su escritorio.
El escenario no sólo es claro: es una apuesta segura. La mezcla de la alta aprobación del Presidente, la marca de Morena y un discurso basado en la caída de la reforma energética —sosteniendo el respeto a la soberanía nacional— le darían el póker de Ases perfecto que el Presidente necesita para obtener los mejores resultados en las próximas elecciones.
Esto, siempre y cuando Cuauhtémoc Cárdenas no esté sentado en la mesa de apuestas. ¿Qué pasará con el favorito de Andrés Manuel?
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Por otro lado, en el Senado se ha visto muy obvia la buena relación que hay entre el actual presidente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, y el todavía coordinador de Morena, Ricardo Monreal. Este último estuvo a punto de ser decapitado al manifestarse a favor de la Comisión Especial para el Análisis del caso de José Manuel del Río, en Veracruz. Aunque dio marcha atrás, y decidió ir junto con su bancada en contra, la alianza entre Dante y él no sólo es en temas legislativos: trasciende a acuerdos electorales.
¿Será que la cabeza de Monreal esté muy cerca de la guillotina?