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viernes, febrero 21, 2025

Cacicazgos regionales

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En la década de los 80, una de las principales batallas de la izquierda partidaria en Puebla fue su lucha contra los caciques y, sobre todo, los que controlaban la sierra norte del estado.
Con una acotación, de que varias generaciones de estas familias lo siguen haciendo en diferentes municipios de estas regiones serranas.
Estos grupos de facto y regionales, por supuesto que existían desde mucho tiempo atrás, todos pertenecieron al PRI, porque fue el partido que los cobijó y le dio legalidad a su control político.
De cómo surgieron los llamados grupos caciquiles existen muchas versiones, una de ellas, las que contaban los propios indígenas, decían que: las diferentes familias de apellidos conocidos, de mestizos y comerciantes llegaron a las cabeceras municipales a comercializar sus productos, otros a comprar café a los indígenas, después muchos se endeudaban con ellos y les dejaban sus documentos de sus propiedades en prenda, cuando no podían pagar, entonces les arrebataron sus casas y terrenos.
Otros les compraban, les ofrecían dinero por sus propiedades o fincas a precios bajos y así empezaron a poblar las cabeceras municipales y se hicieron de grandes extensiones de tierra, que eran pequeña propiedad, por eso surgieron los grandes latifundios y los hatos ganaderos.
De esta manera, los pobladores indígenas poco a poco fueron expulsados hacía otras comunidades alejadas del centro.
Más adelante, pasaron a controlar políticamente los ayuntamientos, imponían al patrón de alguna familia muy conocida o en su caso a quien tenía más dinero. Formaban planillas con todos los demás, nunca hubo mujeres y sin más, el día de las elecciones, solo votaban ellos y ganaban mediante el relleno de las urnas.
Para entonces las autoridades electorales, solo se encargaban de entregarles sus constancias como las nuevas autoridades.
Nunca tuvieron competencia electoral al frente, jamás existió oposición partidaria, solo había un partido (PRI) por qué votar y así empezaron a gobernar.
La poca oposición aceptada fue la del PAN, los demás partidos estaban prohibidos, jamás dejaron que sus habitantes se organizaran, porque los reprimían y amenazaban en sus propias comunidades.
La democracia fue inexistente en estas regiones, un solo partido decidía la vida política, económica y social. Una mayoría de los municipios serranos, fueron gobernados por familias de políticos priistas, comerciantes y ganaderos.
Con el poder público en sus manos, tomaron los recursos públicos necesarios para acrecentar riquezas y propiedades, se adueñaron ilegalmente de grandes extensiones de tierras haciendo contratos falsos de compra-venta o escriturando tierras comunales a su favor.
Porque en estas regiones serranas, existen pocos ejidos, la mayoría son pequeñas propiedades y aún muchas sin escriturar. Los indígenas pobres, solo tenían un pequeño contrato privado que les extendían en los juzgados menores de los ayuntamientos. Por decir lo menos, pero las familias de caciques nunca fueron los verdaderos propietarios de aquellas tierras.
Hubo batallas interesantes, en algunas zonas de la sierra, pero muy pocas lograron ser reconocidas, porque los llamados latifundistas con sus vaqueros los violentaron. Solo algunos núcleos de campesinos pudieron recuperar sus propiedades, como en Pantepec; Venustiano Carranza o en Francisco Z. Mena.
En la sierra nororiental y en varios de sus ayuntamientos, existieron documentos que acreditaban la propiedad comunal de sus pueblos, sin embargo, los presidentes municipales los destruyeron y en otros nunca reconocieron esto. Porque las familias caciquiles se habían adueñado de aquellas tierras y las tenían bajo su posesión para su ganado, que requerían de grandes pastizales.
Por eso se decía, que el ganado tenía más tierra que las propios campesino o indígenas.
Por largos años, nunca hubo alternancia y democracia en la sierra norte, solo hubo cierta presencia del PAN. Por eso estas regiones fueron grandes bastiones de votos y control para el Revolucionario Institucional.
Se podría señalar que después de varias décadas, se empezaron abrir los canales de participación y de respeto a los derechos políticos de los pueblos indios. De esta forma muchos ayuntamientos empezaron a ser gobernados por diferentes partidos políticos.
Conclusión: Los cacicazgos regionales, no solo lograron apropiarse de las cabeceras municipales, también lo hicieron de sus tierras. Generaron pobreza y marginación social entre las comunidades indígenas. Actualmente sigue presente su presencia política en la sierra norte, pero ahora con el siglado de otros partidos políticos logran ganar administraciones, inclusive bajo la nueva tendencia política de la llamada cuarta transformación.

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