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jueves, noviembre 21, 2024

En tierra de ciegos, el tuerto reparte las tortas

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¿Por qué Ignacio Mier Velasco se alió a Fernando Manzanilla? —como dio a conocer Mario Alberto Mejía en estas páginas.  

Sobre todo, porque Manzanilla terminó convertido en un genial mito: en el sexenio de Melquiades Morales, cuando era el subsecretario de Egresos, el círculo rojo le festejaba, lo presumía como el más brillante cerebro económico que había pisado Harvard. Y no era para menos, él era el encargado de distribuir el primer factor del poder: el dinero. 

Ya sabemos que con dinero uno puede aparentar ser el mejor estudiante de la Universidad de Salamanca “porque lo que natura non da, el dinero lo otorga” o como decía El Estilos en la película de Los Caifanes: “en país de ciegos, el tuerto es quien reparte las tortas”. 

Pero entonces, ¿por qué Mier Velasco quien tiene clara la geografía política poblana se alió con Manzanilla? Porque quiere jugar a aquello de que “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”. 

Ya se veía venir, pues la morenista Daniela Mier (hija del autodenominado “favorito de Palacio Nacional”) inició con una serie de reuniones con los diputados panistas adictos a Genoveva Huerta. Además, es interesante que esos mismos legisladores son los adversarios internos de Eduardo Rivera Pérez. 

Aunado a ello, en algunos blogs personales —que se presentan como “portales de noticias”—, ligados a Manzanilla defienden y promueven a Mier, lanzan acusaciones contra el gobernador poblano y atacan al alcalde poblano.  

Muchas veces lo hemos dicho en público y en privado: Manzanilla no sabe conspirar. Siempre lo descubren. Su protagonismo como buen seguidor de Osho, Deepak Chopra y algún promotor del “pensamiento mágico” de por aquí cerquita, le hacen perder la cabeza. 

Un elemento más en este enredo: Genoveva Huerta casi casi a grito pelado ha negado a Manzanilla. A veces le hemos creído, pero la mayoría de las veces, no. Mucho menos cuando una de sus principales operadoras, Sandra Izcoa es hermana de Eduardo, socio de Moisés, principal operador económico de la dinastía Mier. 

Además, Sandra Izcoa trabajó para Manzanilla en el gobierno interino de Pacheco Pulido. Es lícito tener socios y hacer todo tipo de negocios; eso no se pone en tela de juicio, sólo que en este caso es con el fin de armar un rompecabezas, tener un diagnóstico de lo que pasa en Puebla. 

Nacho Mier les abrió la puerta a los enemigos de Rivera Pérez y a los adversarios de Miguel Barbosa y todo con la finalidad de presentarse como un outsider, pero, ojo con esto, no es el caso. Sería un outsider si es que desde su posición fuera en contra de la política de la Cuarta Transformación.  

Mier Velasco es un hijo del sistema. Y como bien dice un conocido himno de por traslomita: “un diputado agachón, en cada hijo te dio”. 

Pero veamos el rompecabezas sin filias ni fobias, tal como está ahorita y como se van colocando las piezas: Mier Velasco está desatado de un lado a otro buscando a los enemigos tanto del gobernador como del alcalde poblano.  

El peor error es que en su tablero puso a un personaje que solo sabe conspirar: Manzanilla. Y Manzanilla le lleva como ofrenda a sus diputados panistas que evitarán a cualquier costo que Rivera Pérez se convierta en el candidato de Acción Nacional a la gubernatura en el 2024. 

Y ante todo este enredijo de lealtades y deslealtades, ¿dónde queda la actual dirigente del PAN estatal?   

Nadie lo sabe.  

La que debería estar operando y arreglando la división de su partido seguramente está cómoda viendo alguna narcoserie en Netflix o festejando porque Eugenio Derbez participó en la película que se llevó la noche de los Oscar y debe estar indignada por las cachetadas de Will Smith. 

La dirigente estatal no ha operado ni en el caso de las concesiones ni en el tema del alumbrado que se quería cobrar el DAP por parte del municipio. Su papel pareciera ser más de ornato. Si se pelean o no sus militantes, no es su problema, si hay una campaña o no contra el alcalde de su partido, esa no es su causa. Ella seguramente ve a Galilea Montijo las mañanas, va al café con sus amigas y nada más. 

Así está este tablero.  

Falta entender por qué Rivera Pérez ahora solo tiene de aliado a Mario Riestra ¿de veras lo ve como su sucesor? No le vaya a robar unas macetas.  

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