La revelación sobre la traición de Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández hacia el edil Eduardo Rivera Pérez dejó mudos a muchos en el PAN poblano. A diferencia de otras ocasiones, ahora no hubo sombrerazos ni reproches, sólo un silencio sepulcral. ¿Quién en su sano juicio pensaría que es una buena opción premiar con la coordinación de la fracción del PAN en el Congreso del estado a los enemigos del munícipe, quienes ha quedado de manifiesto que han complotado en su contra y que se encuentran en una franca confrontación con el gobierno del estado? No seamos puristas. La dirigencia estatal del PAN responde a las órdenes de Eduardo Rivera, pero en esta ocasión algo se quebró y la presidenta decidió operar en la clandestinidad. Tan no estaba enterado el munícipe que se sorprendió al conocer de primera mano la traición. ¿Regañó a Augusta? ¿Qué le respondió la dirigente? ¿Cuál fue la justificación? Son preguntas que están por ser respondidas. ¿Acaso Augusta le explicó a Lalo Rivera que su decisión de beneficiar a Mónica Rodríguez Della Vecchia y Rafael Micalco fue por querer quedar bien con Herberto Rodríguez Regordosa, el nuevo cabecilla de las rancias familias yunquistas? ¿Le habrá explicado que no podía decirle que no ante los caprichos de su cuñada? ¿Sabrá la dirigente estatal del PAN que es justo Herberto, acompañado por otros expresidentes del Consejo Coordinador Empresarial, los que están metiendo en problemas al alcalde por su ansia de hacer negocios a diestra y siniestra? ¿A qué nivel estará la traición que la intentona fallida de remover a Eduardo Alcántara Montiel de la coordinación no la conocía ni el principal operador del alcalde, Pablo Montiel Solana?
Un cabildo dividido
Nos dicen de muy buena fuente que entre los regidores del PAN cada día es más evidente la ruptura que existe entre Carlos Montiel Solana, el coordinador de la fracción panista en el Cabildo de Puebla, y el presidente de la Comisión de Gobernación, Miguel Mantilla Martínez. Resulta que éste último se ha encargado de difundir la idea de que es el coordinador legítimo y su aval se encuentra en el respaldo que tiene de la Organización Nacional del Yunque y la ultraderecha. El asunto, no obstante, ha ido más allá y existen sospechas que el acólito Mantilla habría boicoteado al exdirigente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Montiel, a fin de dejarlo mal parado frente a sus compañeros regidores. Esta división, por ejemplo, ha sido uno de los factores de por qué en algunas ocasiones las votaciones en el Cabildo han sido más complicadas de lo que se acostumbra. Además de que la invasión de Mantilla a las actividades del coordinador ha sido detectada entre los regidores de Morena, quienes ven divertidos cómo su tarea de oposición es más fácil de lo que creían.
La obra es la obra
Ya que estamos en temas del Cabildo de Puebla, a nuestros oídos nos llegó la versión de que el regidor del PRI Leobardo Soto Enríquez, hijo del líder de la Confederación de Trabajadores de México en Puebla, Leobardo Soto Martínez, anda en plan de guerra contra la administración panista. Y no vaya a creer que su actitud tiene su origen en un convicción opositora. Para nada. El fondo se encontraría en que tanto el hijo como el papá están enojados porque no los consienten como esperaban. “Pasan los meses y no vemos nada”, ha sido uno de los comentarios que hacen en las mesas que se sientan. Así pues, el vástago ya mandó a decir también si la gestión riverista quiere su voto, entonces, tendrá que ponerse pilas con el apoyo prometido.
