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viernes, noviembre 22, 2024

¿Solo si hay persecución se portan bien?

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En una batalla entre políticos es muy fácil detectar quién es un hombre de poder y quién no. 

La estatura de cada uno es inocultable y definitoria. 

Está el caso de Eduardo Rivera Pérez 

Para algunos es el halo de esperanza para que el PAN regrese a Casa Aguayo.  

Pero ante el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, la realidad terminó demostrándonos que el panista solo necesitó poco menos de seis meses para confirmar que es un fracaso como político, y que su soberbia es tan temeraria como la ignorancia con la que impregna sus decisiones.  

Y, por si aún existían dudas sobre el descabellado mito de que el panista era candidato del gobernador, ayer Rivera Pérez pudo dar como un hecho que por la vía de la 4T no hay más futuro. (Y, por lo que se ve, en su partido le va a costar sudar sangre para saltar la aduana).  

En mi carrera como reportero muy pocas veces he asistido a escuchar exhibiciones jurídicas, de oficio político, democracia y ejercicio del poder como las que dictó el gobernador Miguel Barbosa Huerta al edil de Puebla por su empecinamiento de entregar, a través de una concesión por 10 años, los espacios de publicidad en paraderos públicos y pendones a una empresa privada, por lo que pretende obtener 2.2 millones de pesos anuales. (¿2 millones de pesos valen una pelea con un gobernador?). 

¿Qué dijo o qué hizo Eduardo Rivera para recibir semejante vapuleada? 

Lo cito textualmente: “No existe la facultad del Congreso de aprobar actos, convenios y mucho menos concesiones administrativas, únicamente contratos con una duración mayor al periodo del Ayuntamiento. La ley no especifica actos, convenios o concesiones, solamente especifica contratos. Y la concesión no es un simple contrato y no lo digo yo, lo dice la Suprema Corte de la Justicia de la Nación. En el marco normativo del municipio de Puebla, en el artículo 82 del Código Fiscal y Presupuestario se establece que la concesión constituye un acto administrativo de carácter discrecional”. 

Es imposible no disfrutar a Miguel Barbosa Huerta cuando está en acción dentro de su habitual conferencia matutina. Este martes, por ejemplo, el cubrebocas no pudo ocultar su constante tránsito entre la risa y la indignación que le provoca a un animal político la postura de un novel alcalde.  

Para echar abajo el “argumento” jurídico del panista sólo necesito explicar que el gobierno municipal pretende poner en manos de un privado el uso y aprovechamiento de espacios de dominio público, por lo que la Constitución Política local y la Ley Orgánica Municipal son muy claras: No es una decisión discrecional y debe ser autorizada por el Cabildo de Puebla y el Congreso del estado.  

“Que no me quieran ver a mi la cara. Nunca un código fiscal está por encima de la Constitución, sobre la Ley Orgánica, nunca”, aseveró con rispidez y procedió a atacar con su mejor arma: la ironía.  

“Hay que desarrollar la teoría del acto jurídico y de contrato. Bajo qué criterio: la románica, la francesa o la romano-francesa, si quieren se las desarrollo para ver cuál es la naturaleza de un contrato, porque dicen que un contrato no es un contrato sino un acto administrativo, bueno, pues también hay contratos administrativos, pero, en fin, está clarita la ley y resulta que si algo se excede de las atribuciones de un Ayuntamiento, hay controversias constitucionales para que se revise, en todo caso, si es la ley o es la política. Y hay Congreso del estado”.  

¿Qué otra cosa hizo Eduardo Rivera para ser exhibido en su pequeñez?  

Una fundamental: No entender a qué se refería Miguel Barbosa Huerta cuando un día antes (el lunes 28 de marzo) le mandó a decir que entregar una concesión por una década era un acto poco “honorable”. 

Y como no lo entendió, eso fue lo primero con lo que arrancó el mandatario, una vez que un reportero planteara la pregunta sobre la tan manida concesión.  

Al arribar al poder, relató, ordenó una revisión a todas las concesiones entregadas en el morenovallismo y lo primero que descubrieron fue que no había un registro oficial y que todas tenían un “propósito de control político”, a fin de crear “obligaciones y retribuciones en el manejo político de esas concesiones”. 

Como ejemplo, reveló que su administración no tuvo acceso a los espacios publicitarios de la RUTA y otros lugares para la toma de protesta porque las concesiones seguían bajo el control político de los personajes del morenovallismo, encargados de entregarlas.  

La falta de entendimiento sobre el concepto de honorabilidad en cuanto a las concesiones, llevó a Barbosa Huerta a soltar el primer puyazo contra el alcalde capitalino.  

“Eso quieren hacer: (tener) control político, que no me digan otra cosa. Por favor. ¿No quedamos que íbamos a ser diferentes?”.  

A continuación, Miguel Barbosa encaminó su explicación a los ámbitos políticos y de poder. En ambos casos, el saldo para el alcalde también fue demoledor.  

“El gobernador de la primera época del PAN”, indicó en una clara alusión a Rafael Moreno Vallo, “abusó de todos y de los municipios, yo no, yo dejó libremente a los presidentes municipales, yo no persigo a los presidentes municipales, pero tampoco voy a dejar de señalar las cuestiones que yo vea que no son legales y quisieran presentarse como actos de legalidad cuando no lo son”.  

Una muestra adicional de que está empapado del tema es la crítica al mecanismo que pretende utilizar el Ayuntamiento de Puebla, para entregar la concesión sin pedir permiso a nadie: un comité técnico.  

“Yo conozco quién encabeza ese comité técnico, cuidado que firmen cosas que no tienen atribuciones. ‘Hazlo tú’, ‘fírmalo tú por si hay una responsabilidad’. Es la historia de Puebla. Ahí ven gente en la cárcel por los acuerdos delegatorios, hubo acuerdos para todo, los firmaron y ahí están en la cárcel. Cuidado con eso”.  

¿Así o más claro?  

Pero la lección más grande de la mañana no fue una amenaza, una condición o un zurra. Fue, simplemente, una pregunta.  

“Cuidadito muchachos. ¿No quedamos que iban a ser diferentes? ¿O, qué, solamente bajo el esquema de persecución se portan bien? ¿Si no hay persecución comienzan a soltarse las alita?”. 

 

CITAS  

Miguel Barbosa Huerta  

Gobernador de Puebla  

  • “Tienen propósitos de control político, crear obligaciones y retribuciones en el manejo político de esas concesiones… eso quieren hacer: control político, que no me digan otra cosa, por favor. ¿No quedamos que íbamos a ser diferentes?” 
  • “El gobernador de la primera época del PAN abusó de todos y de los municipios, yo no, yo dejó libremente a los presidentes municipales, yo no persigo a los presidentes municipales, pero tampoco voy a dejar de señalar las cuestiones que yo vea que no son legales y quisieran presentarse como actos de legalidad cuando no lo son. Así de simple, clarito”. 
  • “Yo conozco quién encabeza ese comité técnico, cuidado que firmen cosas que no tienen atribuciones. Hazlo tú, fírmalo tú por si hay una responsabilidad. Es la historia de Puebla. Ahí ven gente en la cárcel por los acuerdos delegatorios, hay acuerdos para todo, los firmaron y ahí están en la cárcel. Cuidado con eso” 
  • “Que no me quieran ver a mi la cara. Nunca un código fiscal está por encima de la Constitución, sobre la Ley Orgánica, nunca”. 
  • “Está clarita la ley y resulta que si algo se excede de las atribuciones de un Ayuntamiento hay controversias constitucionales para que se revise en todo caso si es la ley o es la política. Y hay Congreso del estado, cuidadito muchachos, ¿no quedamos que iban a ser diferentes? ¿O, qué, solamente bajo el esquema de persecución se portan bien? ¿Si no hay persecución comienzan a soltarse las alitas?  
  • “Es muy sencillo, lo que están considerando es uso y aprovechamiento de espacios de dominio públicos. Hay que ajustarnos a la ley. Repito: ¿No íbamos a ser diferentes?”. 

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