Junto con el ofrecimiento de reforzar el apoyo para poblanas y poblanos, a través de los programas federales de Bienestar, Andrés Manuel López Obrador dejó, en la inédita visita para un presidente de la República a Casa Aguayo, hoy sede del Poder Ejecutivo estatal, el reconocimiento a la labor del gobernador Miguel Barbosa Huerta: “Nos has ayudado mucho… has trabajado muy bien”.
La mañana del sábado, de acuerdo con varios de los asistentes, el encuentro entre los dos mandatarios fue cordial, y al tabasqueño “se le vio muy contento” desde su llegada al inmueble histórico, que data de principios del siglo XVI, donde de buen humor realizó un recorrido.
El encuentro, acordado unos tres días antes, fue para evaluar los Programas de Bienestar en Puebla. En el salón principal de Aguayo, se dieron cita también la titular federal de esa secretaría, Ariadna Montiel Reyes, y los directores de la delegación en la entidad.
La veda impuesta por el Instituto Nacional Electoral (INE) por el proceso de la Consulta Popular sobre Revocación de Mandato impidió la transmisión en vivo de la visita presidencial, que supera la docena de ocasiones en la actual administración estatal.
Por primera vez, en la memoria colectiva, un presidente de la República estuvo en Casa Aguayo, convertida en sede gubernamental con Miguel Barbosa, y desde donde, incluso, se ha efectuado una ceremonia de Grito de Independencia.
López Obrador, quien pasó la noche en la XXV Zona Militar -de acuerdo con el comentario que hizo un miembro de su comitiva-, luego de llegar desde el vecino estado Morelos, en donde el viernes realizó una visita a Cuernavaca, y tras haber comido en Atlixco en su traslado, saludó con diligencia al gobernador.
“Estamos muy a gusto de que nos recibas. Vinimos a visitarte”, fueron las palabras al encontrarse.
Barbosa Huerta le expresó palabras de reconocimiento y gratitud también.
Al comenzar sus pasos por los pasillos y el patio de Casa Aguayo, el presidente preguntó si se trataba de Casa Puebla.
El gobernador explicó la diferencia entre la ostentosa residencia que ocuparon otros mandatarios poblanos y ésta, que es un centro de trabajo.
Detalló también el uso que tiene la otrora Casa Puebla, hoy como espacios para mujeres y niños indígenas, además de que las siete hectáreas han sido rescatadas para sitio de descanso de los poblanos, parecido a lo que López Obrador hizo con la exresidencia Oficial de Los Pinos.
-Excelente -asintió el presidente-.
Protestas muy aisladas
Antes del arribo puntual de López Obrador, a unos metros de Casa Aguayo, resguardada por vallas, unas cuantas personas levantaban pancartas para pedir mayores apoyos.
También aparecieron algunos miembros del sindicato de la universidad y uno que otro espontáneo.
Lejos de las versiones que vieron “murallas”, el operativo de vigilancia fue discreto y hubo, a la altura de la Iglesia de San Francisco, en realidad, más reporteros que manifestantes.
En punto de las 10:30 horas, el presidente entró a Casa Aguayo por un acceso lateral, que lo condujo directamente al estacionamiento.
La reunión, pactada a mediados de la semana pasada, se especificó que sería privada, sin transmisión, sin medios de comunicación y sin reportes oficiales de lo que se informó sobre los programas, esto para respetar la veda.
La reunión, de acuerdo con algunos de los participantes, se realizó con agilidad y estuvieron presentes todos los directores de los programas federales de la Secretaría de Bienestar en Puebla: Jóvenes, Tandas, la Escuela es Nuestra, Becas, Pensiones para Adultos Mayores y Personas con Discapacidad, Sembrando Vida, Niños y Niñas de Madres Trabajadoras.
Tras recibir los resultados, el presidente de la República se dirigió al gobernador, que se sentó a su derecha: “Has trabajado muy bien. Muchas gracias por el apoyo que nos has dado”.
El gobernador desplegó sus referencias sobre cómo distribuir recursos, experiencia que le dejaron sus años de gestor desde el Senado de la República, y López Obrador le dijo: “Tú sabes mucho Miguel, nos vas a ayudar”, respecto a asuntos pendientes del Gobierno federal en Puebla, cuya solución se ofreció a concretar en los siguientes meses.
Documento histórico
Tras la reunión, Barbosa le entregó al primer mandatario mexicano un documento histórico firmado por Benito Juárez García y el general Ignacio Zaragoza Seguin, con el que se concede a Manuel Cortés el grado de subteniente de la Segunda Batería del Batallón de Artilleros, con las firmas y el sello con el Águila Juarista.
Está fechado en mayo de 1961, justo un año antes de la batalla en que “las armas nacionales se han cubierto de gloria”, como escribió entonces en telegrama Zaragoza al presidente Juárez.
La reunión duró exactamente hora y media, pues el tabasqueño tenía como siguiente punto la ciudad de Tula, en el también vecino estado de Hidalgo, durante esta gira de fin de semana por el centro del país.
Andrés Manuel López Obrador dejó Casa Aguayo por el mismo acceso aledaño, con el recuerdo de que estará aquí nuevamente en poco menos de dos meses, para encabezar el Desfile Conmemorativo de la Batalla de Puebla de 1862:
“Nos vemos el 5 mayo”, fue la frase de despedida.