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domingo, noviembre 24, 2024

Los Visconti-Sforza: precursores del Tarot

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I 

En El Tarot: una breve introducción –la primera columna que dediqué al tema del Tarot– ahondé un poco en el significado de éste según Juan Eduardo Cirlot y Sallie Nichols 

Sin embargo, para comprender mejor es necesario comenzar por los cimientos del Tarot. 

 

II 

Hay que situarse en la Italia del siglo XVI –podría ayudar ver la serie Leonardo que se transmite por AMC o encender su consola de videojuegos favorita y poner Assasin’s Creed: saga Ezio Auditore da Firenze–, ya situado allí, deberá recordar que al Renacimiento lo caracterizaron los grandes avances en: el arte, la cultura y el pensamiento; pero también: la ambición por perpetuar un apellido y que éste fuera todopoderoso. La Religión jugaba un papel fundamental en el desarrollo de la sociedad.  

En aquella época no existían los países sino las ciudades-Estado (al menos en Italia) con olor a monarquía.  

Y la manera de mantener el poder era: invadiendo o uniendo apellidos/ejércitos a través de bodas. Ambas opciones dieron origen al matrimonio de Francesco SforzaBianca Maria Visconti. 

 

III  

En aquella época, las victorias, las alegrías y hechos relevantes se plasmaban en pinturas, obras de teatro.  

Bajo este contexto, Francesco Sforza –según señala Mary Packard en el libro El Tarot de Oro que acompaña al mazo Visconti-Sforza– pidió a Bonifacio Bembo (entre sus obras destacan los frescos de la iglesia de Sant’Agostino de Cremona y las 289 ilustraciones del Códice Palatino 556) diseñar una baraja de cartas para conmemorar el 10 aniversario de su matrimonio con Bianca Maria Visconti. 

Según lo investigado por Packard, Bembo logró inspirarse en escenas cotidianas de la Italia del Renacimiento, carnavales de la época, desfiles renacentistas; así como la influencia ideológica que comenzaban a tener obras como: Divina Comedia de Dante, Los triunfos de Petrarca y las cuatro virtudes cardinales de Platón. 

 

IV 

Así describe Packard a la baraja Visconti-Sforza 

“Se utilizaba para un juego llamado “Triunfos (Trionfi)”. Antecesor del bridge, el juego tomó directamente el nombre de los desfiles del Renacimiento. Se compone de 78 cartas. 56 (arcanos menores) están divididas a partes iguales en cuatro palos: espadas, oros, bastos y copas. El quinto palo se compone de 21 figuras, más una especie de bufón, El loco, que hace las veces de comodín (arcanos mayores). Es este quinto palo lo que distingue esta baraja de naipes recién inventada, bautizada tarot, de todas las demás. (…) se distinguen de otras de tarot en que no están numeradas. Sin embargo, aunque carecen de números, siguen teniendo un valor secuencial: la de valor más bajo de la baraja es El Mago y la de mayor valor El Mundo”. 

Líneas más adelante, Packard nos da un dato muy interesante: 

“…las cartas nos recuerdan al estilo perfeccionado por Leonardo Da Vinci, a quien se encargó, según los registros, la dirección de al menos dos arcanos. La influencia de Leonardo se puede apreciar en la sensación de profundidad generada por la separación del suelo en la parte inferior de varias de las cartas de la baraja, incluyendo La Luna, La Estrella, El Sol, La Muerte y La Templanza”. 

Otro dato valioso nos da Packard: 

“De sus 74 cartas, 26 están depositadas en la Academia de Carrara en Italia, 15 son propiedad del coleccionista privado de Bérgamo y 35 se encuentran en la Biblioteca Pierpoint-Morgan, en Nueva York”. 

 

V 

El Tarot es más que una baraja de juegos o adivinación.  

El Tarot es Arte. 

¿Aún duda, hipócrita lector? 

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