10.2 C
Puebla
sábado, noviembre 23, 2024

Puerto Escondido y sus imperdibles

Más leídas

Desde hace más de 10 años no iba a Puerto Escondido, Oaxaca, destino playero que con el paso de los años ha cambiado en todo el sentido de la palabra; después de tantos años sin ir todo era realmente nuevo en cada uno de sus sitios: Zicatela, Zipolite y Mazunte. 

En aquellos años no había muchas de las propuestas culinarias que hoy se ofrecen en este sitio turístico que poco a poco va creciendo para estar a la altura de otros destinos playeros mexicanos, aunque he de decir que tampoco le pide mucho a los demás, pues justo su autonomía y su enfoque lo hace muy diferente a todos y sobre todo lo hace mágico. 

Esa magia se puede encontrar no sólo en sus playas con olas gigantes que han ganado la preferencia de surfers de todo el mundo, sino que la gastronomía es una de las opciones por la cual muchos van en específico, y con esto me refiero a Almoraduz, un restaurante de cocina de autor que para mí, en realidad, fue cocina de hogar, pues no sólo te hacen sentir en casa, sino que esa calidez de sus chefs Quetzalcoatl Zurita y Shalxaly Macías, y sus anfitriones te hacen sentir tan cómodo desde el primer bocado. 

La calidez que se siente en el puerto no sólo se percibe por el calor literal del puerto, sino que cada uno de los integrantes de Almoraduz son espectaculares. 

Lo primero que probarás en Almoraduz son unos esquites con un toque especial de mayonesa de la casa y queso, mismos que te adentran poco a poco a la gama de sabores y texturas que te esperan. 

Después de los esquites pudimos degustar uno de los platillos que se robaron la atención y el paladar de todos: los ostiones que se caracterizan por ser al grill y mantequilla de orégano orejón. 

Otra de las entradas que son imperdibles en la visita es una ensalada con brócoli, coliflor, trufa negra de invierno, parmesano y jus lié de hongos que de verdad deja sin palabras por la combinación perfecta de todos estos ingredientes. 

Es importante mencionar que este sitio se inspira en la cocina tradicional de Oaxaca con las adaptaciones de los dos chefs, mismas que llevan ingredientes locales, pero también de otros puntos de México que se caracterizan por su gran calidad en insumos gastronómicos. 

La carta es muy amplia, pero también hay una opción de degustación que incorpora platillos excepcionales y locales como la tostada de papada de cerdo confitado, guacamole con albahaca y chile tusta; otra opción es el robalo blanco golfo silvestre Kori Jime, con falso risotto de papa y ensalada, y el lechón confitado, con mole de la casa, puré de camote y ensalada. 

Y para cerrar todas y cada una de las opciones deliciosas, de las que puedo decir que probé la mayoría, hay un cierre espectacular con sus postres, tan diferentes entre sí, pero con esas influencias locales y divertidas que los hacen únicos como el churro relleno de chocolate oaxaqueño, nuez y helado de mamey; el molten de chocolate oaxaqueño, que es un tipo de pastelito con una paleta bisabor en donde predomina la leche quemada, o también puedes optar por el panqué de plátano, helado de pepita y plátanos flameados con mezcal, que definitivo fue mi favorito. 

En Almoraduz también se pueden encontrar vinos y cócteles por excelencia, aunque, en realidad, uno de los mejores anfitriones es el conejo mezcalero, el cual te hará decir una que otra verdad y, sobre todo, te hará compartir con quien vayas a este rincón culinario, y te sacará más de una carcajada, lo que se traduce en una gran velada con una historia que se quedará en tu memoria, no solo por los sabores nuevos que probarás sino por la calidez de todos los que conforman Almoraduz. 

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img