El gobernador Sergio Salomón Céspedes hace honor a su apellido materno (Peregrina) en los últimos dos meses de su administración.
Y es que, desde el origen, Peregrina / peregrinus fue sinónimo de viajero o aquél que anda por tierras extrañas.
Y eso es precisamente lo que hace para inaugurar obras, diría Nacho Juárez, en los sitios donde nadie querría hacerlas: lugares poco visibles, pero necesarios para su ejecución.
Y en ese peregrinaje lo acompañan Jesús Aquino Limón y Eugenio Mora Salgado.
Todos los días, el gobernador sale de gira para inaugurar caminos, carreteras, hospitales y canchas.
Y todo en la antesala de que se vaya a despachar como comisionado del Instituto Nacional de Migración, posición a la que llegará por invitación de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien dijo de él, en una Mañanera reciente, que es un hombre muy calificado, con muchas capacidades, y que “va a hacer un planteamiento integral de mejora” de dicha institución.
Cosa curiosa: atenderá desde ahí a miles de peregrinos (migrantes) que buscan paz y trabajo en tierras extrañas, pero en un contexto humano que les devuelva la dignidad, tema en el que la presidenta Sheinbaum ha sido muy enfática.
A dos meses de dejar la gubernatura, Sergio Salomón trae en la cabeza dos ideas torales: cerrar su administración de la mejor manera —con la puesta en marcha de varias obras magnas— y empezar a armar ese planteamiento integral de mejora del Instituto Nacional de Migración.
Pero también tiene espacio para las emociones, los reconocimientos y los consejos.
Por ejemplo: en cada camino de concreto que inaugura les pide a los habitantes que lo conviertan en un “camino de trabajo y de paz”, y que impidan que por ahí transite el mal.
El “mal”, esa palabra que ha invadido muchas buenas obras en todo el país y que ha contaminado a los pobladores y a sus hijos.
También se da tiempo para recibir abrazos y palabras de afecto.
No falta en su discurso el reconocimiento a quien en dos meses se convertirá en el gobernador constitucional: Alejandro Armenta Mier.
En la Biblia —en Hebreos 11:14—, la palabra peregrino implica un viaje —viajar a su patria—, esa patria propia que recorrerá el gobernador dentro de poco para cambiar el rostro del Instituto Nacional de Migración y, en consecuencia, los de los otros peregrinos, que, también, faltaba más, buscan desde la migración encontrar cierto reposo, cierta paz, cierta forma de dignidad.
