En esta entrega, quiero traducir al traductor.
Me explico: aspiro a traducir a quienes —en The New York Times— hicieron un análisis inédito de algunas frases emblemáticas de El Padrino, de Francis Ford Coppola, y que quien esto escribe trasladó este jueves a la sucesión que viene.
Tayarisha Poe, joven y brillante directora de cine, dice que cuando hablamos de poder solemos hablar de quién es más fuerte y quién puede causar destrucción.
(En el escenario de la sucesión poblana no cabe la menor duda sobre la identidad de este personaje).
El poder también se trata —dice Poe— de quién es capaz de decir: “Basta”, y de quién es lo suficientemente fuerte como para decir: “Paremos, hablemos. Estoy dispuesto a perder ahora para que no perdamos todos en el futuro”.
(¿Va ubicando el hipócrita lector a los personajes).
Analizando otra frase, A. O. Scott, coeditor de las críticas de cine en el Times, dice que se deben de dejar de lado los pensamientos de venganza y hacer un trato.
Las cosas no tienen por qué ser personales.
Son negocios.
(¡Cómo se parece la política al cine!).
Jessica Kiang, crítica de cine, jura que éstos no son hombres que se dedican a la poesía, aunque a menudo hablan en clave.
La escena en la que Luca Brasi nada entre los peces la tendrían que tener muy en cuenta —metafóricamente hablando— algunos de los aspirantes a la gubernatura de Puebla.
Hay quienes piensan que todo lo pueden ganar.
La derrota no cabe en sus escenarios.
Así pensaba el buen Luca Brasi cuando llegó a su reunión privada con Bruno Tattaglia y el Turco.
Jamás imaginó que ambos lo eliminarían como lo hicieron.
Y peor aún: jamás pensó que pusieran su enorme cuerpo a nadar entre los peces.
Hay aspirantes tan ingenuos que se creen sus propias encuestas y las palabras de sus aduladores.
Éstos, en el pasado reciente de Puebla, también lisonjearon a otros que se quedaron en el camino.
Van de derrota en derrota.
Acumulan los fracasos electorales y políticos como quien colecciona corbatas.
Alguien debería pedirles su currículo antes de dejarlos entrar al equipo.
En su momento convertirán a su candidato en un inocente Luca Brasi nadando entre los peces.
Ya saben cómo hacerlo.
Alex Winter, actor y director, analiza la gran frase: “Le haré una oferta que no podrá rechazar”.
“Esta noción de tipos duros que se abren camino a la fuerza para sentarse en una mesa que no los quiere: inmigrantes que llegan a EE.UU. y luchan para ser escuchados”, dice Winter.
Hay aspirantes, en efecto, que se sienten tipos duros y que aspiran a sentarse en todas las mesas.
Por la ilusión del momento, no perciben que los contertulios no los quieren.
Y se convierten en esos inmigrantes que luchan para ser escuchados.
El golpe de la realidad suele ser brutal.
He visto a varios que han perdido las ilusiones y hasta la cartera.
La enseñanza es tan brutal que pone la piel chinita.
Cualquier semejanza con la realidad no es coincidencia.
Los aspirantes a la gubernatura y la dura realidad
