La cerrazón y cooptación del Partido Acción Nacional en Puebla a cargo de Augusta Díaz de Rivera, generó un clima de inconformidad entre sus militantes y la conformación de un frente opositor para exigir una renovación democrática en la dirigencia estatal. Mónica Rodríguez Della Vecchia, Rafael Micalco, Genoveva Huerta, y los alcaldes Edmundo Tlatehui y Filomeno Sarmiento, unieron fuerzas para enfrentar lo que consideraron un manejo partidista sesgado, que ha afectado gravemente el rumbo del partido.
Los panistas atribuyeron las recientes derrotas electorales al mal manejo de la dirigencia actual y a la falta de apertura hacia la militancia, por lo que ahora buscan que el proceso de renovación del partido sea democrático, sin “dados cargados” hacia el grupo que encabeza Eduardo Rivera.
El grupo de panistas se congregó este domingo para manifestar su principal demanda: dar inicio a un proceso de renovación de la dirigencia que no recaiga exclusivamente en el Consejo Estatal y que no excluya a la militancia, además de que sea democrático y sin favoritismos hacia el grupo liderado por el exalcalde.
Afirmaron que representan la voz de miles de militantes inconformes con el manejo actual del partido, que los llevó a una caída estrepitosa en las recientes elecciones, además, advirtieron que trabajarán de manera conjunta para garantizar que la renovación de la dirigencia se apegue a los estatutos del PAN.
“En la militancia radica la fuerza del PAN, nos mantendremos como voceros de la exigencia de los miles de militantes que nos han expresado que no se ven representados con la actual dirigencia”, externó Mónica Rodríguez.
REPORTAN RETRASO EN LA CONVOCATORIA
Los tres aspirantes opositores a la dirigencia del PAN, Della Vecchia, Tlatehui y Micalco, denunciaron un retraso de dos meses en la emisión de la convocatoria para la renovación de dicho cargo, por lo que exigieron que el Consejo Estatal apresure cuanto antes este proceso que se ha mantenido en vilo.
Della Vecchia recordó que, según los estatutos del partido, la renovación de dirigencias debe llevarse a cabo cada tres años, durante el segundo semestre. A pesar de ello, en Puebla no se ha emitido la convocatoria correspondiente, lo que ha generado preocupación, ya que a nivel nacional está programada una elección interna el próximo 12 de noviembre.
La exdiputada advirtió que, de continuar este retraso, el PAN corre el riesgo de perder relevancia política y convertirse en una tercera o incluso cuarta fuerza en el estado; además, manifestó que la demanda principal de los militantes es recuperar el contacto con la gente y evitar que el partido sea monopolizado por un grupo selecto de “amigos”.
En ese sentido, Rodríguez Della Vecchia acusó a la actual dirigente estatal, Augusta Díaz de Rivera, de retrasar deliberadamente el proceso para incumplir los estatutos y agotar los plazos establecidos.
A su vez, Edmundo Tlatehui, alcalde de San Andrés Cholula, coincidió en que el PAN debe reconstruirse desde la base y no a través de decisiones de la élite, además insistió en que cualquier otro método de elección, que no sea el de tomar en cuenta a la militancia, sería una simulación.
Por otro lado, el diputado local Rafael Micalco, descartó que la inclusión de Eduardo Rivera en la planilla de Jorge Romero, aspirante a la dirigencia nacional del PAN, favorezca al grupo del excandidato a la gubernatura en el proceso estatal, pues aseguró que la incorporación de Rivera fue sólo un gesto de cortesía, que no influirá en los comicios internos del partido en Puebla.
Los tres aspirantes señalaron que, a pesar del retraso, continuarán presionando para que se emita la convocatoria de renovación antes de que el tiempo siga avanzando. Además, cuestionaron las recientes giras de la dirigencia estatal al interior del estado, al insinuar que podrían estar promoviendo a un perfil específico en detrimento de otros aspirantes, en referencia a Eduardo Rivera Pérez.
RIVERA IRÁ A LA NACIONAL
En el intento por afianzar el control del partido en Puebla, recientemente el diputado federal Jorge Romero Herrera, designó a Eduardo Rivera en su planilla a la presidencia nacional del partido.
A pesar de los malos resultados de Rivera en las elecciones pasadas, donde el PAN sufrió una de sus peores derrotas en décadas, Romero sumó no sólo al candidato perdedor de la gubernatura en Puebla, sino también a otros perfiles que perdieron las elecciones en sus regiones, como el exaspirante a jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Santiago Taboada, y Renán Barrera, excandidato perdedor a la gubernatura de Yucatán.