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jueves, noviembre 21, 2024

Nuevos cuadros, nuevo sistema

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Alejandro Armenta Mier no anda con juegos. Sabe que su papel como gobernador atraviesa la necesaria consolidación de un sistema político de izquierda, disruptivo, acorde a lo que necesita para conseguir los objetivos que se ha puesto como meta. Esta ardua tarea incluye allegarse de aquellas personas en las que confía que darán los resultados que se buscan. Es por eso que la designación de su gabinete estatal está muy lejos del contentillo del tribunal del pueblo -algunos columnistas ya hasta le andan despidiendo a sus colaboradores- y tampoco cruza con la lógica de cumplir con la nefasta política de repartición de espacios para cuotas y cuates. Hay quienes se sienten ofendidos por no estar considerados o creen saber lo que Alejandro Armenta necesita. A ese grado llega su soberbia doblada de miopía. Ahí está el caso de Samuel Aguilar Pala. Su designación como secretario de Gobernación estatal provocó que más de uno levantara la ceja o incluso sugiriera que no tenía la altura para el cargo. Lo que este sector no alcanza a ver es que el gobernador electo es un político profesional, riguroso y analítico que cruza el oficio político con la política pública y el dato duro. Con la designación del profesor indigenista, Armenta Mier no solo cuenta con un hombre que conozca de primera mano a todos los grupos sociales, políticos, religiosos, sindicalistas, magisteriales, activistas, entre muchos otros, sino que rompe el mito del perfil que la clase política da por hecho que debe cumplir una persona que ocupa ese cargo. Tampoco estamos ante un capricho. Quien conoce al gobernador electo sabe que es un político disciplinado y con perfil de estadista que le permite enfrentar con la cabeza fría cualquier decisión. ¿O acaso no fue esa característica una de sus principales virtudes para arrasar en la contienda interna de Morena? Armenta sabe lo que se debe de hacer, con quien hacerlo y cómo hacerlo. No necesita del aplauso de la tribuna pública. Es por eso que la nueva tanda de designaciones que dio a conocer ayer no sorprende si es que realmente se pretende entender al mandatario electo. En particular está el caso de Gloria Pacheco Mex, a quien designó como secretaria de Arte y Cultura. De inmediato salieron a decir que no tenía experiencia, por ahí un medio que es vocero de la ultraderecha se rasgó las vestiduras, otros se fueron con la bajeza de minimizar la capacidad y potencial de la nueva funcionaria por sus vínculos familiares. Esas y otras lindezas son justo lo que hacen los miopes y el tribunal del pueblo. Están muy lejos de entender que en la construcción del nuevo sistema político se requiere de nuevos cuadros, caras frescas y dispuestas a jugarse el pellejo sin temor al qué dirán las vacas sagradas. Quienes conocen el mundo cultural saben que su comportamiento es peor que la política palaciega de la real politik. De ahí que una figura nueva como Gloria Pacheco permitirá estar lejos de intereses y componendas con los grupos culturales y artísticos que dicen mandar o tener influencia en este sector. Quienes creyeron que el titular de la Secretaría de Arte y Cultura surgiría de una graciosa concesión del gobernador electo a
un grupo o sector no han entendido nada. El asunto va más allá de grupos o cuates. Hay una política muy bien definida para esta área. Es una prioridad para el nuevo gobierno y será elevada al nivel de eje articulador de muchos proyectos que buscan detonar el desarrollo de la entidad. No se equivoquen.

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