La noche del martes, yo, como espectador, tenía dos sopas: la “discusión” sobre la Reforma Judicial o los pleitos a muerte en La Casa de los Famosos.
Puse en mi mesa las sopas.
Me comí las dos.
En la primera, los diputados de Morena avasallaron con oídos sordos a los de la oposición.
Era previsible.
A las 4:15 de la mañana, la maquinaria se impuso y logró la aprobación de la reforma en lo general.
(Lo general siempre antecede a lo particular. Eso lo sabe hasta el regidor más ordinario de Chichiquila).
El inolvidable Ángel Fernández bautizó como “Ferrocarriles Nacionales de Alemania” al corpulento defensa Hans Peter Briegel, quien a los 16 años era capaz de correr los 100 metros planos en 10,8 segundos.
Pues bien: en la madrugada de este miércoles nacieron los Ferrocarriles Nacionales de México: una aplanadora que es capaz de barrer a la flaca oposición (ojerosa, friolenta, apagada) en lo que dura una votación a brazo alzado.
Se ve que hacía frío en la madrugada.
Quizá por eso, algunos diputados se fueron a sus hoteles y dejaron a sus choferes o auxiliares como puntuales levantadedos.
La oposición, dormida como estaba, no advirtió ese pasaje de película de Juan Orol.
(“Gangsters contra charros”).
Y si se dio cuenta, hizo como que no).
A la misma hora, pero en VIX, ocurría un final esperado: el misógino Adrián Marcelo abandonó La Casa de los Famosos luego de que la Producción lo exhibiera de fea manera.
Vea el hipócrita lector:
Ante todos sus compañeros, reunidos en una sala de bajo presupuesto plagada seguramente de ácaros, el influencer (tiene 3 millones de seguidores, doscientos más que Lord Molécula) observó horrorizado un video en el que aparecía celebrando la salida de la casa de una de sus compañeras (mal llamada “Gomita”).
¿Cómo lo celebró?
Diciendo en voz baja una ironía:
“Una mujer menos a quien maltratar”.
En un país en el que son asesinadas diez mujeres al día, esta frase tendría que ser brutal.
(En el caso del influencer, sí lo fue).
Tras un ejercicio de reflexión, en el que juró que no era misógino, entendió que tal exhibición pública lo llevará en el futuro a tener tatuado en el cuerpo una frase: “feminicida potencial”.
Eso generó que terminara saliendo de la casa pese a no haber estado nominado.
Adrián Marcelo es dueño también de estas expresiones inmortales:
“Hay que darle dos patadas a Briggite. Importante que sea en el diafragma”, “Mientras tú (Agustín) la sometes, tú (Sabinne) ya debes tener agua hirviendo para echársela a la cara)”, “Y ya que me saquen esposado diré que fue lo correcto”.
No sé qué fue más brutal: la salida del misógino o la aplanadora de choferes y diputados haciendo caca a la oposición.
La duda mata.