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jueves, noviembre 21, 2024

Apuntes sobre la reforma judicial

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Nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde llegará la pugna a raíz de la reforma al Poder Judicial. Lo que sí es un hecho es que la iniciativa será votada y aprobada antes de que Andrés Manuel López Obrador deje el poder. Después vendrá su aplicación y es justo ahí donde conoceremos el nuevo estilo personal de gobernar de Claudia Sheinbaum Pardo, quien mantendrá la misma línea para limpiar al Poder Judicial de las camarillas que lo controlan. ¿Por qué es necesario romper con lo actual? Porque la conformación actual responde a un modelo que ya no tiene cabida: el neoliberalismo. En la 4T existe una profusa investigación de cómo se compone el Poder Judicial circuito por circuito, así como los tentáculos de los ministros de la sala superior, es decir, en dónde tienen su influencia, cómo es que controlan los diferentes circuitos y las ligas de nepotismo, las trampas legales o administrativas, además de las cuantiosas fortunas que se han creado a costa de ese poder. A eso hay que sumarle los vínculos de los ministros con los verdaderos hombres de negocio en México. Por eso no es extraño que el Consejo Mexicano de Negocios, el ente que concentra a los VIP del empresariado mexicano, haya entrado en una confrontación abierta contra el presidente de la República e incluso éste haya invitado a cinco de ellos a La Mañanera para debatir el contenido de la reforma. Poder económico y Poder Judicial son dos hilos de la misma madeja y la iniciativa enviada al Congreso de la Unión pega directo a los intereses que por años se han tejido. Esta amalgama es el producto natural del régimen neoliberal que se impuso en México desde Miguel de la Madrid Hurtado. En ese sistema económico, el libre tránsito de las mercancías y el flujo de divisas sin restricciones es la prioridad. El Estado, en este régimen, es un obstáculo que debe combatirse, empequeñecerse y, si es posible, someterlo por completo. Para garantizar que todo se cumpla como dicta la norma neoliberal, organismos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial dictan las políticas de desarrollo que tendrá cada país en el concierto mundial. México, por ejemplo, fue un país considerado únicamente como maquilador, de ahí que esos organismos frenaron cualquier tipo de impulso a la educación, la ciencia y tecnología. En el caso de la justicia, la prioridad siempre fue proteger la economía de libre mercado y no al ciudadano. Allí está el nivel de impunidad de 90 por ciento que existe en nuestro país en el combate y sanción de los delitos, pero cuando hablamos de casos importantes que tienen que ver con los plutócratas que controlan la economía mexicana, todo es diferente. Uno de los principales yerros de la oposición a la reforma ha sido su incapacidad de explicar cómo perjudicará a los mexicanos. Se trata de un tema complejo y de difícil comprensión al que se le suma la desconfianza total de la ciudadanía hacia el sistema de impartición de justicia. Millones han vivido en carne propia cómo el dinero define la resolución de un juicio. Por parte de la 4T, hay un personaje clave para la reestructura del Poder Judicial: Arturo Fernando Zaldívar Lelo de Larrea. El exministro conoce el sistema actual y entiende lo que el segundo piso de la transformación necesita. Sabe que la base fundamental es el fortalecimiento del Estado frente al libre mercado. Quienes se pierden en discusiones como la tómbola y los requisitos no entienden nada. El exministro conoce el cómo y el dónde se debe apretar lo quitar los tornillos para desmontar el aparato. Todo está marcha y no es una ocurrencia.

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