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jueves, noviembre 21, 2024

La pequeñez de la oposición

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Han pasado más de dos meses de la elección presidencial y no hay indicios de que la oposición haya asimilado las causas de la masacre. Mucho menos han tenido la humildad para asumir los errores que los llevaron a la estrepitosa derrota. Esta condición de negación de la realidad también comenzó a pasarles factura. Están a unos meses de que Claudia Sheinbaum Pardo rinda protesta como la primera mujer Presidenta en 200 años de República en México y anda como las gallinas descabezadas, dando tumbos por doquier. La humillación electoral que sufrieron no sirvió de nada para enderezar el barco. En el PAN, la ultraderecha alista los cuchillos para descabezar a Marko Cortés Mendoza y su equipo. Ya le impusieron la elección de la nueva dirigencia por la vía de la consulta a la base, lo que significa su virtual derrota. En el PRI, el hampón de Alejandro Cárdenas Moreno torció los estatutos para quedarse al frente del Comité Ejecutivo Nacional. El PRD es el cadáver putrefacto del que nadie quiere pagar sus honras fúnebres. Jesús Zambrano Grijalva y Guadalupe Acosta Naranjo de plano están más interesados en ver cómo se apropian de un sector de la Marea Rosa para regentearlos a gusto y recuperar sus privilegios. Xóchitl Gálvez Ruiz, por su parte, dejó su papel de clown presidencial y no sabe ni para donde ir. Tras la elección, en la que no solo tuvo que enfrentar a Morena sino a los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD, sigue con la pólvora mojada sin saber realmente qué hacer. Un día acepta su derrota, al día siguiente recula, una semana después aparece muy conciliadora y después se alebresta y acusa fraude electoral. La tía grosera y plagada de ocurrencias que fue en campaña, ahora ha dado paso a la política que siempre fue, es decir, a la medianía. El empresario Claudio X. González intenta por todos lados no perder el control del megáfono. Ni siquiera ha sido capaz de reconocer que junto con Alito, Markito y Chuchito fueron los principales lastres de la campaña electoral. Su protagonismo y ansias por ser reconocido como el jefe de la mafia de la oposición hirió de muerte el proyecto de contención de la 4T. Sigue sin saber cómo es que el tren bala de la 4T paso encima de él. Bien lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, X. González sabía que la oposición iba a perder la presidencia de la República, pero nunca imaginó que serían barridos de forma tan humillante que ni siquiera serán contrapeso en el Congreso de la Unión. El Yunque y la Coparmex, por su parte, están haciendo lo que mejor saben: buscar cómo se acomodan en el nuevo régimen. La oposición en este momento crucial de la historia de México se encuentra atolondrada, pero encabezada por políticos muy marrulleros que solo tienen un objetivo inmediato: Ver quién se quedará con la mayor cantidad de despojos después del 2 de junio. Y hasta el momento, el mafioso de Alito les lleva la delantera. No por algo es el dirigente del PRI.

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