I
El 16 de abril (día en que se celebró la primera misa) o el 29 de septiembre (día en el que se informó a los pobladores que la reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, había firmado una Cédula aprobando la fundación) de 1531 se fundó la Puebla de los Ángeles.
Para muchos la segunda fecha podría ser la más relevante, pues ese día está consagrado a San Miguel Arcángel (Santo patrono de Puebla), aunque oficialmente se acostumbra celebrar a Puebla el 16 de abril.
Al término del periodo sexenal de Alejandro Armenta, se estará a meses de que la ciudad cumpla 500 años de haber sido fundada.
II
Esta fecha debería estar en las proyecciones tanto del Gobierno del Estado como del Ayuntamiento de Puebla, pues llegar a los 500 años debería y tendría que ser un gran festejo.
Un festejo que tuviera por objetivo impulsar a Puebla en los aspectos más importantes y característicos del Estado y la Ciudad.
III
Hace unas semanas, Pedro Ángel Palou —en la presentación de la reedición de su novela Quien dice sombra como parte de la colección Biblioteca Pedro Ángel Palou en la Editorial Planeta— comentaba que era preciso que las autoridades gubernamentales encontrarán las principales características identitarias de Puebla, para a partir de allí generar políticas culturales, turísticas y etc.
Esa idea es un gran punto de partida para dar rienda suelta a una serie de propuestas.
IV
Porfirio Díaz —criticado por muchos, querido por pocos— realizó todo un plan para celebrar el Centenario de la Independencia de México.
Algo que no supo hacer Felipe Calderón con los festejos más importantes que se pudieron tener en la época reciente: Bicentenario de la Independencia de México y Centenario de la Revolución Mexicana.
Porfirio Díaz realizó las siguientes cosas para dichos festejos, según Ramona I. Pérez Bertruy en su artículo: Obras emblemáticas del primer Centenario de la Independencia Nacional, publicado por la UNAM en Boletín del IIB, vol. XV, núms. 1 y 2, México, primer y segundo semestres de 2010.
• 862 obras de todo tipo, divididas en:
• 101 corresponden a obras públicas (repartidas entre obras de agua potable, drenaje, pavimentos, presas, puentes, alumbrado y banquetas);
• 73 a vías públicas (entre ellas, avenidas, calles, calzadas y carreteras);
• 144 a esculturas (distribuidas entre bustos y estatuas, monumentos y columnas);
• 28 al rubro de arquitecturas para la burocracia civil y militar (repartidas entre casas consistoriales, palacios federales, municipales, judiciales y legislativos, embajadas, así como oficinas para la administración pública y militar);
• 144 a arquitecturas para los servicios urbanos (asilos, hospitales, manicomios, mercados, panteones, teatros, lavaderos públicos, cárceles, comisarías, casinos, estaciones meteorológicas y sismológicas);
• 93 a mobiliario público (bancas, faros, quioscos, viviendas, placas con- memorativas y relojes);
• 76 a espacios abiertos (parques, paseos, jardines y plazas);
• 201 a arquitecturas para la educación (divididas entre bibliotecas, escuelas, museos y
otros), más dos portales.
• Destacan lugares como: “la Universidad Nacional de México; la Escuela Nacional de Maestros; las obras terminales del desagüe del Valle de México; el Palacio de Comunicaciones; el de Relaciones Exteriores, y el Manicomio General La Castañeda. Además, se le hicieron ampliaciones y remodelaciones al edificio de Lecumberri, al de Gobernación y al Municipal (Ayuntamiento); también se construían el Teatro Nacional (Bellas Artes) y el Palacio Legislativo (que con el tiempo se convirtió en el Monumento a la Revolución). (…) el Hemiciclo a Juárez y el Ángel de la Independencia. Asimismo, se recibieron regalos de países aliados: el Reloj Otomano, el Reloj Chino así como las efigies de Washington (EU), Garibaldi (Italia), Isabel la Católica (España), Humboldt (Alemania) y Pasteur (Francia)”.
• También destacan: “la Escuela Internacional de Arqueología y Antropología, el Servicio Sismológico Nacional (…) y se inauguró, imponente, el nuevo lago de Chapultepec”. Hasta aquí parte de lo ideado por Porfirio Díaz.
V
Dados los fundamentos, soñemos un poco.
Si fuera parte del equipo de Alejandro Armenta, erigiría una Comisión de los Festejos, cuyo objetivo sea trazar todo un plan transexenal que incluya la participación de todos los municipios, pues la fundación de la Ciudad de Puebla es el primer paso para la consolidación del posterior Estado de Puebla.
En dicho plan invitaría a expertos en leyes, feministas, comunidad LGBTIQ+, urbanistas, ecologistas, animalistas, deportistas, comunidad artística, entre otras, para realizar un arduo estudio de leyes, infraestructura, actividades artísticas, formativas, deportivas y políticas que permitan llevar a Puebla al siguiente nivel.
Probablemente, mucho de lo dicho en mis anteriores columnas (Ideas para mejorar la Cultura en Puebla 1 y 2) cabrían.
Pero enlistaré algunas nuevas:
• Construir, en las cabeceras principales de los Distritos Municipales, una especie de CIS para lo deportivo y otro para lo cultural que contribuiría a la descentralización de ambos temas y ampliaría la cobertura de los programas, a la par que generaría una gran fuente de empleos.
• Mejorar la infraestructura de carreteras que permita aumentar los servicios de gastronomía y hotelería alrededor de los corredores del mezcal, del vino y del chile en nogada.
• Convocar a compositores de música académica tanto internacional, como nacional y local para generar tres sinfonías que hagan alusión la identidad poblana.
• Convocar a la comunidad teatral a nivel nacional y local para generar una obra teatral sobre Puebla.
• Convocar a la comunidad dancística a nivel nacional y local para generar una obra teatral sobre Puebla.
• Realizar una especie de antología por épocas de la producción literaria que ha surgido en Puebla, a lo largo de su Historia. En el Gobierno de Manuel Bartlett se hizo un ejercicio similar.
• Rescatar alguno de los ríos para hacerlos parte de la urbe capitalina.
• Dejar de construir infraestructura para los coches y comenzar a generarla para los peatones y ciclistas.
• Mejorar la infraestructura en edificios y calles públicas para las personas con discapacidad física o movilidad reducida.
• Que todos los edificios gubernamentales, privados, plazas y demás lugares de entretenimiento tengan baños para mujeres, hombres y de género neutro o baño mixto.
• Que todos los edificios gubernamentales, privados, plazas y demás lugares de entretenimiento tengan señalética en español, inglés, totonaca, chocho y popoluca, mazateco, las mixtecas y la otomí.
• Ampliar el sistema de RUTA (en algunos casos imitar lo que se ha hecho en CDMX)
• Imitar el sistema de transporte de CDMX para comenzar a meter trolebuses y camiones eléctricos o híbridos y que este servicio sea absorbido por el Gobierno y nunca más concesionarios.
• Implementar un sistema de cámaras de seguridad como en la CDMX.
• Instalar un sistema de alerta sísmica como en la CDMX (sí salva vidas).
• Implementar políticas urbanísticas y arquitectónicas que obliguen a construir edificaciones resistentes a sismos y sean armónicas con la imagen visual.
• Implementar más sistema de arbolados en las manchas urbanas.
Aquí algunas ideas, muchas ya se han dicho por otros activistas; otras quizá son muy nuevas. Pero seguro, todo esto ayudaría a llevar a Puebla al siguiente nivel.
Fuera de lugar
Juan Eduardo Cirlot, creó todo un ciclo poético llamado Bronwyn. Comparto uno con el que me identifico en estos momentos:
Toma mi oscuro anillo inmemorial.
Mi armadura deshecha se deshace
y de sus mallas muertas salen fuegos.
azules, Bronwyn; puedo verlos, tiemblan.
Tiro el guante de hierro, soy tu siervo.
El mar que me acompaña por un mar
de sombra se deshace en el vacío.
Estoy cansado de estar muerto y ser.
Este poema lo conocí por un amigo querido (PAPG). A Cirlot le debo mucho, incluyendo el Tarot y el conocimiento de cómo la soledad amorosa transmuta en poesía. Hoy la vida, al parecer me está dando una Bronwyn, pero prefiero al Ser de carne y hueso.
