Pese a encubrir casos de violencia de género, acoso sexual, hostigamiento sexual y enfrentar denuncias por violencia política en razón de género durante su administración, Claudia Rivera Vivanco tomó la bandera de activistas feministas para posicionarse en el marco de las actividades del Día de la Mujer.
Con el pañuelo verde feminista como estandarte, la exalcaldesa de Puebla presentó las actividades que promocionará en el marco de estas fechas durante el mes de marzo.
“Miles de mujeres en todo este caminar han luchado para que nosotras, las que estamos aquí, vivamos una vida mucho más fácil de transitar y menos injusta, y más equitativa, por lo tanto, nos corresponde hacer lo propio”, dijo Rivera Vivanco, al momento de presentar las actividades que encabezará.
Su posicionamiento en torno a los derechos de las mujeres resulta contradictorio a la par de los casos de violencia de género que se suscitaron durante su gestión, en contra de dos trabajadoras del Ayuntamiento de Puebla.
El primer caso que se registró fue el de violencia política de género que cometió la presidenta municipal en contra de Yasmín Flores, quien se desempeñaba como consejera jurídica de la presidencia municipal, ya que pese a ocupar el mismo cargo que sus compañeros Javier Palou García y Andrés García Viveros, como coordinadores ejecutivos, percibía una remuneración menor.
Tiempo después, Rivera Vivanco exigió su renuncia al cargo, argumentando que “ya no le funcionaba como Consejera Jurídica”, debido a que “necesitaba del carácter de un hombre”, por lo que al negarse a firmar el acta de entrega-recepción de su cargo, Yasmín Flores sufrió de acoso por un vehículo adscrito a la Secretaría de Gobernación, encabezada en ese momento por René Sánchez Galindo.
El segundo caso fue la denuncia por hostigamiento y acoso sexual cometido por Andrés García Viveros en contra de una trabajadora, identificada como Magda N.
La extrabajadora del ayuntamiento de Puebla acusó que desde el inicio de la administración morenista sufrió de acoso por parte de García Viveros, quien le enviaba mensajes de texto con connotación sexual o insistiendo que le aceptara una cita.
Al ser cambiada a otra área del ayuntamiento, el acoso sexual cambió a hostigamiento laboral por parte de García Viveros, quien aseguraba tener el respaldo de Rivera Vivanco.
Incluso, en un audio compartido por la víctima, Rivera Vivanco fue exhibida exigiendo que le conceda el perdón a la víctima de acoso sexual, apelando a que debía hacerlo en apoyo a su proyecto.