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jueves, noviembre 21, 2024

La señora criticona

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Mi hijo L va a una clase de pintura a unos veinte minutos de Zacatlán. La señal para adentrarnos a la zona montañosa es una iglesia amarilla a pie de carretera, después, flechas a la izquierda, a la derecha, izquierda otra vez y una larga vereda entre magueyes. En la entrada te reciben tres perros enormes y mal encarados, aunque de muy buen corazón.

La maestra L me da la bienvenida y me invita a sentirme cómoda en la cabaña de enfrente que hace las veces de restaurante y área de entretenimiento los fines de semana. Cruzo los primeros manzanales y noto el silencio interrumpido por decenas de aves multicolores, un pie dentro y es como haber cruzado un portal a alguna cabaña ochentera irlandesa.

Madera que cruje, ventanales con amuletos, lámparas esféricas de papel cruzando el comedor, objetos de metal colgando del techo, macetas, sillones floreados y una enorme vela derritiéndose en medio de la sala y ahí, una enorme estantería de libros en español. Los libros en inglés están enfrente junto a los juegos de mesa y rumbo a un área pequeña de escritorio con vista al jardín que pronto exploraré.

A primera vista noto Soy un gato de Natsume Soseki, versión cómic en azul, que se lee a la oriental, de atrás para delante, La amante del Río Nilo de la señora criticona Guadalupe Loaeza (una maestra de la universidad la odiaba y nos hizo odiarla también, sorry not sorry), de Mónica Lavín, Tonada de un viejo amor, con la esquina doblada en la página ochenta y algo y del que tengo la sospecha que se alguien lo olvidó y Crónica de una muerte anunciada de una editorial colombiana de 1983.

¿Por qué no releer a mi queridísimo Gabo con un libro que cuando se imprimió yo tenía cuatro añitos?

Decidí entonces, queridos hipócritas lectores no cargar con mis libros y pasar las dos horas que L pinta mariposas y escarabajos, leyendo cualquier cosa interesante que me encuentre en esa pequeña biblioteca pública que haré personal una vez por semana.

Y si de casualidad el lugar les dio curiosidad, pueden encontrarlo como Cabañas El Refugio, vayan y cuéntenme después.

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