El estado de Puebla y su capital, con el mismo nombre, nació y se estableció como ciudad de paso entre el Puerto de Veracruz y la Ciudad de México. Los movimientos importantes, y otros no tanto, tenían que recorrer ese camino, y se instaló la costumbre de tomar a Puebla como punto intermedio entre el puerto y la capital.
Lo anterior viene a dicho para saber y reconocer su historia. No es demeritar el pasado; simplemente es historia que se tiene que reconocer para el presente y mejorar el futuro en cualquier actividad.
Mi tema es el deporte. El fútbol como punta de este gran instrumento tan poco usado para educar, entre muchos dones que tiene esta actividad, mismos que la sociedad, toda –desde el norte del estado hasta el más pequeño municipio del sur– se les tiene que impregnar, haciéndoles llegar el deporte.
Hoy se están viviendo grandes momentos en el fútbol profesional. Temporadas de 28, 24 y ahora 17 en sólo 7 juegos, me da a pensar lo mucho que se podría hacer. La vida es de momentos y el que se está viviendo en el equipo es inmejorable.
El por qué escribo del tema es fácil entenderlo: su nombre es Puebla y está identificado a todos los que vivimos en el estado.
Al usar el nombre se adquieren compromisos que no se deben pasar por alto; de lo contrario, llámale y efectúa tu actividad con otro nombre y no usen el del estado.
En tiempos pasados se hizo, no hace mucho, quizá 12 o 15 años atrás. El equipo llegaba a diferentes municipios y la población sentía estar incluida. Ya no pido que se pudiesen establecer escuelas o equipos filiales a la institución, sólo para empezar hay que ir con la bandera de aquí estamos y representamos al Puebla.
Esto no va en el camino de una petición, es una exigencia y responsabilidad que se debe tener. De labor social, ir a hospitales, a cárceles, establecer campos de entrenamiento como base, etc.…, con la inercia de lo primero, saldrá por sí solo.
De no hacerlo, o por lo menos de no planteárselo, entonces recordaré la historia: en el fútbol seguiremos siendo ciudad de paso. Técnicos y jugadores verán sólo la oportunidad de pertenecer a la institución en aras de mejorar en una futura venta, y los dueños seguirán usando el nombre del estado para efectuar negocios, válidos, pero sin regresar nada de lo ganado.
Mi deseo es que sigan triunfando, que sigan agradando, que sigan portando los colores con honor poblano y que sigan haciendo el negocio que hacen. Todo esto se los deseo porque soy poblano y quiero a mi estado pero, por favor, no desaprovechen esta gran oportunidad de trascender socialmente y mejoren lo que nuestra historia nos dicta.
