☝️ TODO LO QUE PASA en nuestro entorno es el reflejo del universo, dicen los persas. En otras palabras: lo que sucede en tu ámbito más pequeño es lo que ocurre en tu ámbito más grande. No sé qué mensaje me está enviando el universo con la trama que a continuación paso a relatar.
👊 EN EL FRACCIONAMIENTO QUE VIVO hay un directivo al que seguramente le caigo mal. Muy mal. Resulta que en los 17 años que llevo viviendo ahí nunca me he retrasado en el pago de la cuota de mantenimiento. Este mes, sin embargo, ocurrió por primera vez que caí en moratoria. Pero no crea el lector que por muchos días. Un mes bastó para que se cebara conmigo con medidas brutalmente draconianas.
✊ COMO TODOS LOS DÍAS, abordé mi auto, encendí el motor y me dispuse a salir en busca de rumbos ignotos. (Debo confesarlo: este año ha sido ignoto en muchos sentidos). Lo normal es que, al llegar al portón de salida, un amable vigilante oprima un botón para que se levante algo que denominan barrera vehicular. Sin embargo, ésta no se levantó porque un vigilante me dijo, sumamente apenado, que por indicaciones de Hitler (así llamaré al directivo autoritario) yo mismo tendría que apretar el botón que generara la operación.
🤘 RECLAMÉ, por supuesto, esa medida de castigo, una vez que en mis 17 años de vivir ahí jamás me había retrasado en mis deberes. Más apenado aún, el gentil vigilante me dijo que eran órdenes superiores (del Hitler local). Bajé de mi auto, apreté el botón, y listo: la barrera vehicular se levantó.
🤙 PERO AQUÍ VIENE LO BUENO. Para que dicha barrera fuese instalada, Hitler pidió una elevada cooperación extraordinaria por vecino, cosa que pagué sin miramientos. Como un vendedor a domicilio de tupperware, el susodicho explicó a través del grupo de WhatsApp de los residentes que ese sistema era oneroso debido a que funcionaría automáticamente. Un ojo provisto de Inteligencia Artificial leería las placas de los autos y sobrevendría el levantamiento de la multicitada barrera vehicular.
💪 HAY QUE DECIRLO: ese sofisticado sistema nunca se aplicó. Desde el primer día, los amables vigilantes son los que controlan el acceso (o la salida) mediante sendos botones. Esto, aquí y en Palmarito Tochapan, es un auténtico robo. Y es que pagamos por un servicio que no se ha dado en los últimos dos años.
🤛 HE TOMADO UNA DECISIÓN FATAL: en protesta por el autoritarismo de Hitler, y en demanda de que la barrera vehicular funcione automáticamente (como nos lo prometieron), me pondré en moratoria permanente a partir de ya. Así se lo hice saber a Hitler a través de los muy gentiles vigilantes. Sospecho que éste debe estar imaginando ya otra medida de castigo aún mayor. Por ejemplo: que no pueda acceder al fraccionamiento por ningún motivo. La tentación del autoritarismo hitleriano, como ocurre en Venezuela, no tiene límites. La duda mata: ¿qué me quiere decir el universo con este mensaje siciliano? Es un enigma.

