Como diría la gente común: “qué rápido se pasó el tiempo”. Estamos a dos domingos para que las votaciones del 2 de junio se lleven a cabo en todo el país, una de las más grandes en la reciente historia electoral, por la enorme cantidad de puestos de elección que estarán en disputa.
(Según el INE, serán 20 mil 708 cargos a elegir, de ellos 629, son federales y 20 mil 079 de carácter local. Con una lista nominal de 98 millones 359 mil 591electores, en donde 51 millones 103 mil 424 son mujeres y 47 millones 226 mil 062 hombres; por primera vez aparecen 105 personas no binarias)
Ayer todos los partidos políticos nacionales, estaban metidos de lleno en sus procesos internos para decidir a sus candidatos a la presidencia, para las nueve gubernaturas, senadores y sus listas para diputados federales.
Por supuesto que no es la misma coyuntura política y electoral de los comicios del 2018. No hay comparación alguna, tampoco están presentes los síntomas del hartazgo social y lo que se conoció como la esperanza entre el electorado.
Las candidaturas actuales en nada se parecen a los que significo en su momento el obradorismo, la de Ricardo Anaya o la del PRI, con José Antonio Meade.
Desde mi punto de vista, los contextos de ayer y hoy, son totalmente diferentes, actualmente existe una polarización social entre las dos coaliciones, no percibo un estado de ánimo, efusivo, por las elecciones que están por llegar.
Por lo mientras, ahora, el tiempo y sus días, cada vez son menos, para que finalicen las campañas electorales de las dos principales coaliciones y de MC (partido que participa solo).
En el caso concreto de Puebla, el aspirante de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Alejandro Armenta Mier, anunció que, para el próximo 29 de mayo, participará en su cierre de campaña, Claudia Sheinbaum. Salvo los cambios de última hora que siempre los hay.
Llega a un estado en donde la votación para Morena se mantiene desde 2006, salvo algunas variantes locales. En donde el voto duro que arrastra AMLO se mantiene entre los poblanos. Y este partido tiene amplias posibilidades de triunfo, aunque tampoco hay certeza del llamado carro completo.
De los estados del centro del país, Puebla y Tlaxcala, parecen ser las dos únicas entidades en donde este partido mantiene su tendencia de votos a su favor. La CDMX se les ha complicado electoralmente y por varias razones políticas; En Veracruz, su candidata a la gubernatura, Roció Nahle, enfrenta acusaciones sobre sus bienes adquiridos; Morelos es otro estado con una crisis de gobernabilidad e inseguridad, en donde los números que dejo Cuauhtémoc Blanco no son los mejores.
Por su parte Eduardo Rivera Pérez, abanderado de la coalición Mejor Rumbo para Puebla, anunció en sus redes sociales, que el próximo 25 de mayo, su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez Ruiz, estará en su cierre de campaña en la ciudad y después hará lo mismo en Tehuacán.
Al igual que la otra coalición, el boque opositor, busca ganar las elecciones y sabe que sus bastiones están en la ciudad y los municipios conurbados. En donde gobiernan algunos y mantienen la presencia de su marca en esta región conurbada, les interesa mantener el control político de la capital poblana que les da más de 300 mil votos.
Acción Nacional y la coalición disputan la Ciudad de México y esto influye; Morelos en donde una escisión de Morena les puede dar el triunfo al igual que en Veracruz, en donde los Yunes, han crecido.
En el estado de Puebla, el panismo poblano, tiene una presencia electoral de años, su marca está posicionada en algunas regiones y le da votos. Obvio, que el PRI, como una fuerza debilitada aún le suma algo, más los poquitos del PRD.
La disputa electoral que comenzó hace más de dos meses, se aproximan a su etapa final, los debates han concluido y no se vislumbra otro en Puebla, lo mismo que las marchas “rosas”, que no serán convocadas. Lo que deberá preocupar son las agresiones que han enfrentado algunos candidatos, que deben ser detenidas.
Conclusión: El máximo ejercicio de la democracia participativa, requiere que mujeres y hombres salgan a emitir su voto el 2 de junio. Les tocará ahora a los órganos electorales hacer su tarea, para darle certeza, transparencia y legalidad a la voluntad popular de los ciudadanos.
