Hubo una conspiración para señalar a Javier López Zavala como responsable de violencia familiar en contra de Cecilia Monzón.
Esto se desprende de la exhibición de cuarenta y tres audios en los que aparece la voz de la abogada y activista, misma que fue grabada por su propia tía: Alicia Meza de la Vega.
Originalmente, esos audios fueron presentados por la señora Meza como prueba de que su sobrina era violentada, pero los abogados defensores detectaron conversaciones que hablan de una supuesta orquestación en contra de su defendido.
En uno de los audios aparece la voz de Cecilia Monzón revelando que un periodista poblano le sugirió que denunciara a López Zavala por violencia familiar y que tendría el apoyo total del gobernador Miguel Barbosa para procesarlo penalmente.
Dicho audio fue escuchado por las partes en la audiencia del viernes 21 de noviembre, lo que generó reacciones encontradas en la contraparte.
Ahí también se dio a conocer el testimonio de la presidenta de un fraccionamiento de Zavaleta, donde supuestamente vivieron varios años Javier López Zavala y Cecilia Monzón.
En su declaración, la señora negó que eso hubiese ocurrido, una vez que la casa que supuestamente habitaron la ocupa desde hace más de doce años una familia que nada tiene que ver con la abogada asesinada el 21 de mayo de 2022.
Hay que decir que entre los diecisiete testigos que aseguraron que los arriba citados vivieron en dicho fraccionamiento figuran, además de Alicia Meza de la Vega, una diputada federal y una notaria pública.
No obstante, nadie pudo confirmar su dicho.
El testimonio de la presidenta del fraccionamiento es brutal.
Para que se configure la violencia familiar, las dos partes deben cohabitar cuando menos dos años, pero Ceci y Javier nunca vivieron juntos.
Otro testimonio que apareció en la audiencia fue el de Fátima, quien ayudaba a Cecilia Monzón en los trabajos domésticos en otra casa ajena a la de Zavaleta.
Ella declaró que López Zavala llegaba a ver a su hijo de manera regular y que cumplía con sus obligaciones de padre.
Narró que le compraba juguetes, y puso como ejemplo que un 6 de enero le regaló una moto.
Además, le dio 2 mil 500 pesos para su hijo y mil 500 para ella.
En su testimonio, leído en la audiencia del viernes, reveló que Ceci vivía con su pareja y no con Javier.
Durante las audiencias finales, la familia de Cecilia Monzón no demostró que pagara los gastos por alimentos, colegiaturas, renta (de una casa en el fraccionamiento Bosques de la Granada, cerca de Plaza San Diego, donde en realidad vivía Ceci) y hospital (para el nacimiento de su hijo).
Dichos gastos fueron absorbidos siempre por el imputado.
Un dato más: la abogada y activista Marisol Montes Baro se negó a acudir a la audiencia a ratificar un dicho que le atribuyó Tonatiuh Gutiérrez Sánchez (el ministerio público que maquiló las dos carpetas), en el sentido de que Javier hubiera corrido a Ceci de su casa.
Una casa, hay que decirlo, que jamás habitaron juntos.
Pese a todos estos elementos, López Zavala volvió a ser condenado como responsable de violencia familiar en contra de Cecilia Monzón.
El próximo 28 de noviembre se conocerá el tamaño de la sentencia.
Nota bene: ¿Qué pasaría si en los próximos días el ministerio público Tonathiu Gutiérrez Sánchez fuese denunciado por integrar carpetas de investigación ricas en montajes y declaraciones hechizas?
La duda mata.


