Tom Cruise recibió este domingo el Óscar honorífico durante los Governors Awards de la Academia de Hollywood, convirtiéndose en la primera estatuilla dorada de su carrera tras más de 40 años en la industria. El actor fue ovacionado durante varios minutos antes de recibir el galardón de manos del director mexicano Alejandro González Iñárritu.

Entre los asistentes que aplaudieron su trayectoria se encontraban figuras como Leonardo DiCaprio, Ethan Hawke, Hugh Jackman y Natalie Portman. Cruise compartió mesa con Steven Spielberg —quien lo dirigió en War of the Worlds (2005)— y con el propio Iñárritu, con quien actualmente rueda una nueva cinta. El cineasta mexicano lo definió como “la estrella más grande del mundo”.

Al subir al escenario, Cruise agradeció a quienes han formado parte de su carrera y bromeó sobre los riesgos físicos de sus rodajes: “Ojalá sin muchos más huesos rotos”. También recordó que su amor por el cine nació desde la infancia: “Hacer películas no es lo que hago, es lo que soy”.

El protagonista de Mission: Impossible destacó que el cine despertó en él “una hambre de aventura, de conocimiento y de entender a la humanidad”. En un gesto emotivo, pidió que se pusieran de pie todos aquellos presentes que hubieran trabajado con él, para rendir homenaje tanto a colaboradores visibles como a quienes han contribuido tras bambalinas. “Los llevo conmigo en cada fotograma de cada película que he hecho y que haré”, afirmó.

A lo largo de sus casi 45 años de trayectoria, Cruise ha recibido cuatro nominaciones al Óscar —tres como actor y una como productor—, pero nunca había ganado una estatuilla competitiva. Con este reconocimiento honorífico, la Academia celebra su influencia en el cine de acción, su compromiso con las acrobacias físicas y su permanencia como una de las figuras más reconocidas y rentables de Hollywood.