Un grupo de investigadores de la Facultad de Estomatología de la BUAP desarrolla un proyecto innovador para mejorar la atención odontológica pediátrica mediante el uso de biomarcadores salivales que cuantifican el nivel de cortisol, la hormona del estrés, antes y después de procedimientos de sedación en niños de 3 a 10 años.
La doctora María de los Ángeles Moyaho Bernal, responsable del proyecto, explicó que estos biomarcadores permiten medir de forma objetiva la respuesta al tratamiento, a diferencia de los cuestionarios tradicionales que brindan información subjetiva sobre la conducta del niño durante la intervención.
“A través de este tipo de biomarcador queremos obtener datos cuantitativos sobre la reducción del nivel de estrés en pacientes pediátricos”, señaló Moyaho Bernal.
El impacto social del uso de biomarcadores salivales se refleja en la reducción de costos y citas dentales, al optimizar la atención a infantes que presentan miedo o fobia dental.
En casos de alta ansiedad, se recurre a la sedación dental como última opción, tras una valoración clínica y revisión del historial médico del niño. El proyecto utiliza espectroscopia de Raman en el análisis de muestras de saliva, en colaboración con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).

Actualmente, el proyecto se encuentra en la fase de recolección de muestras, que se prolongará hasta diciembre, para posteriormente establecer un protocolo específico de sedación y manejo de conducta en la clínica pediátrica de la Facultad de Estomatología.
El equipo de investigación está conformado por:
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Doctora María de los Ángeles Moyaho Bernal
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Abigail Martínez Guerrero
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Gianna María del Torno Ceballos
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Beatriz Alejandra Nieto Arenas
Junto con el estudiante José Manuel Bustamante Guevara, de la Maestría en Estomatología con terminal en Pediatría, y los investigadores del INAOE, Jorge Castro Ramos y Héctor Nahum Chavarría Lizárraga.
El procedimiento involucra una anestesióloga, especialista en sedación odontopediátrica y una especialista en manejo de conducta, asegurando que el tratamiento sea seguro y eficaz para los pacientes pediátricos.

