La fase regular del torneo mexicano no podía terminar de otra manera: con polémica arbitral, incertidumbre en varios equipos y una larga espera de casi 20 días sin jugar para los seis primeros que calificaron directo a la Liguilla.
Para el Clausura 2026 hay una buena y una mala. La buena es que no habrá Play-In para aligerar el calendario, la mala es que la Liguilla se disputará sin los futbolistas nacionales que sean convocados por Javier Aguirre para el Mundial.
Calendario de horror
El Play-In se juega el 20 y 23 de noviembre, los cuartos de final empiezan hasta el día 26 y las semifinales están programadas para el 3 y 4 y 6 y 7 de diciembre.
Si Cruz Azul llega a la final, viene otro problema, ya que, como campeón de Concacaf, jugará la Copa Intercontinental a partir del 10 de diciembre. Habría otro parón de 15 días con la final de ida el jueves 25 y la de vuelta el domingo 28.
Toluca, Tigres, América, Monterrey y Chivas podrían parar un mes: previo al inicio (dos semanas) y final de la Liguilla (dos semanas). Poco premio tiene calificar directo entre los primeros seis lugares, ¡qué barbaridad!
América recuperará a Zendejas, Henry y Zúñiga, mientras que Toluca a Vega. El problema es que llegarán sin ritmo de competencia al tramo más exigente de la temporada.
Tigres cerró con cuatro triunfos y un empate, Chivas con cuatro victorias y una derrota. Veremos si esta pausa les corta el buen momento con el que terminaron el semestre.
Ni con VAR
La crisis del arbitraje en México se agudizó tras lo ocurrido en el Cruz Azul vs. Pumas. La barrida de Carrasquilla sobre Mier era de roja y hasta de cárcel; Fernando Hernández revisó la entrada en el VAR y se mantuvo firme: tarjeta amarilla solamente.
El portero colombiano tiene una fractura en el peroné y estará entre 3 y 6 meses fuera de las canchas. No solo Carrasquilla debería ser inhabilitado, también el árbitro, por beneficiar al victimario y no a la víctima.
¿Qué pasará con el Puebla?
La pregunta de cada semestre y para la que nunca hay respuesta. Se terminó el torneo con cierto decoro, ganando al León y consiguiendo 7 de 15 puntos en los últimos cinco partidos.
Con una plantilla tan limitada, poco más se le puede exigir al señor Cristante y su cuerpo técnico. Si Marín regresa a Chivas y Emiliano es vendido a otro equipo, se empezará aún más cuesta arriba el próximo año.
Más de lo mismo con un dueño que no le quiere invertir, con una directiva atada de manos y con algunos jugadores que, pese a no estar consolidados en primera división, prefieren enfocarse en la alegría efímera de las fiestas en lugar de aprovechar la segunda o tercera oportunidad que la vida les está dando en sus carreras.

