El estado de Texas, principal productor de carne bovina en Estados Unidos, solicitó al gobierno federal reanudar las importaciones de ganado mexicano suspendidas desde hace casi un año a raíz de un brote de la mosca del gusano barrenador.
El comisionado de Agricultura de Texas, Sid Miller, afirmó que existen las condiciones sanitarias necesarias para reabrir el comercio sin riesgo.
“Necesitamos abrir la frontera ya. Hay suficientes controles y medidas de seguridad para evitar cualquier contagio. Si no abrimos pronto, México procesará su propio ganado y nosotros perderemos ese negocio”, declaró Miller a la agencia EFE.
El comercio de ganado entre México y Estados Unidos ha sido históricamente clave para la industria cárnica estadounidense.
Cada año, más de un millón de reses mexicanas cruzan hacia territorio estadounidense, representando cerca del 60 % de las importaciones de bovinos en pie y alrededor del 3 % del hato nacional.
La mayoría de estos animales son becerros de engorda destinados a ranchos en Texas, Oklahoma y Nuevo México.

Por su parte, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Julio Berdegué, informó tras reunirse en Washington D.C. con su homólogo estadounidense que, aunque hubo “avances” en las negociaciones, aún no hay condiciones para fijar una fecha de reapertura.
“Estamos trabajando en coordinación con las autoridades de Estados Unidos para garantizar que el comercio se reanude de forma segura y sustentable. Lo más importante es proteger la salud animal y evitar cualquier riesgo de reinfección”, subrayó Berdegué.
El cierre parcial del comercio ganadero, decretado a finales de 2024 tras detectarse focos de la mosca del gusano barrenador en regiones del norte de México, ha provocado pérdidas significativas para los productores texanos y una reducción del 18 % en el flujo de ganado hacia el sur de Estados Unidos, según reportes locales.
Mientras Washington y Ciudad de México continúan negociando los protocolos sanitarios, Texas insiste en levantar el bloqueo de inmediato.
“Ese ganado pasa por cuarentena y es inspeccionado por veterinarios del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). No hay razón para seguir detenidos”, afirmó Miller.
El desafío para ambos países será encontrar un equilibrio entre la reapertura comercial y la protección sanitaria, garantizando la seguridad del hato ganadero y la confianza bilateral en el sector agropecuario.

