Lalo y Adán, el riesgo de la elección

La descarada intromisión del Ayuntamiento de Puebla en la elección, a través del condicionamiento de programas de gobierno, presunto desvío de recursos y reparto de dádivas en plena veda electoral ha puesto en riesgo la elección ya que, contrario al discurso del PRIAN, la operación de Estado no se encuentra en el gobierno estatal sino en la gestión capitalina con la única finalidad favorecer al candidato Eduardo Rivera Pérez. La situación se torna más grave debido a que a la fecha, la Comuna panista se ha negado a informar sobre el proceso de adjudicación en la compra de tinacos azules, cemento, kit de herramientas, pintura e impermeabilizante, cuánto costó el chistecito y quién o quiénes son los beneficiarios del contrato. Hasta la fecha solo sabemos dos cosas: que los apoyos habrían sido adquiridos con un sobrecosto de más de doble respecto a los precios de mercado y que la lista de beneficiarios fue integrada en solo dos días, lo que hace evidente la entrega discrecional en favor de simpatizantes y líderes panistas. Ayer, el candidato a diputado federal por el distrito VI, Alejandro Carvajal Hidalgo, sorprendió a funcionarios de la Secretaría de Bienestar municipal en la entrega de los tinacos azules y demás apoyos. Y nuestro reportero Cirilo Calderón pudo documentar que los beneficiarios eran exclusivamente operadores de Acción Nacional. Las torpezas de Adán Domínguez Sánchez, el velador que dejó Eduardo Rivera para cuidar el Ayuntamiento, han sido mayúsculas si se le suma su evidente cobardía para asumir la responsabilidad en el combate a la inseguridad en la ciudad de Puebla. El empleado del candidato panista —quien, a su vez, es el empleado de los jefazos del Yunque— demuestra que su único interés en entrometerse burdamente en la elección estatal sin tomar en cuenta que el desvío y condicionamiento de recursos es un delito grave. Eduardo Rivera y el velador Domínguez se han convertido en el auténtico riesgo de la elección. La autoridad electoral está obligada a tomar cartas en el asunto y proceder legalmente sin chistar. Las mapacherías azules son la evidencia incontrovertible de que Rivera Pérez y su séquito dista mucho de ofrecer un mejor rumbo para la entidad.