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miércoles, octubre 22, 2025

El Gandhi mexicano ya hizo las maletas en su viaje al Más Allá

El Gandhi mexicano ya hizo las maletas en su viaje al Más Allá

El senador Noroña cayó en una espiral de mentiras de las que no sabe cómo salir.

Complicado.

Cuando viajó en business class a Francia —de paso hacia Estrasburgo, donde participó en la Conferencia Europea de Presidentes de Parlamentos—, nada le costaba decirlo.

(Hay un manual no escrito que habla de esos temas).

Hizo lo contrario.

O más bien: recurrió al estilo Noroña, que consiste en no afirmar y en no negar.

(Hay un lugar en el limbo donde se encuentran sus respuestas evasivas).

Al dejar en el aire la aclaración, alguien subió una foto suya argumentando que viajaba en clase Premier.

Noroña lo negó, y puntualizó lo que debió haber dicho desde el principio: que en ese vuelo no había Premier, sólo business class.

Técnicamente, pues, era la cabina más espaciosa del avión (con asientos amplios y cómodos), y con un menú de alimentos y bebidas de mayor calidad, entre otras cosas.

Ese detalle generó un escándalo, y fue una cachetada para su dicho cotidiano de “no somos iguales” (a los prianistas).

Luego vino el tema de su casa de Tepoztlán de doce millones de pesos (que adquirió con un crédito hipotecario cuyas mensualidades deben andar —según los que saben— en trescientos mil pesos mensuales), cifra muy superior a la dieta que recibe en el Senado.

Nuevo escándalo.

Luego vino el caso del avión —con matrícula estadunidense— que alguien le prestó para moverse en Coahuila.

Otro escándalo más.

Y ahora surge el viaje a los Emiratos Árabes Unidos y a Líbano, aunque su intención es llegar en una misión de paz a la mismísima Franja de Gaza.

La invitación, ha trascendido, le fue hecha en junio, y en su calidad de presidente del Senado.

En teoría, debería abstenerse de ir y trasladarle la invitación a Laura Itzel Castillo, quien llegó a esa posición el 1 de septiembre.

Lejos de hacer lo que dice el manual no escrito, preparó sus maletas, pidió licencia, se puso su bufanda palestina y está por viajar a Abu Dabhi.

(Ya aprendió de entrada cómo decir ‘hola’ en árabe: marhaban).

Más allá del nuevo escándalo, Noroña se metió —él solo— en una trampa mortal.

La duda mata:

¿En calidad de qué será recibido por las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos?

Y es que ellos esperan —como dice la invitación formal— al presidente del Senado mexicano, y no a un senador con licencia.

Cualquier declaración que haga —con su bufanda palestina en los hombros—, estará bañada de gasolina.

(Aunque no vaya representando al Senado, y mucho menos al gobierno mexicano).

Será interesante ver en qué termina el nuevo affaire del senador (con licencia) y sin representatividad visible.

Y si toca territorio palestino (en su ‘misión de paz’), eso ya será motivo de otra historia.

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