Dos reos, dos custodios y una mujer fueron hallados como los autores materiales de la introducción del cadáver de un bebé de tres meses, llamado Tadeo, al Centro de Reinserción Social de Puebla y cuyo cuerpo fue hallado en un contenedor de basura de ese lugar.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, el interno Antonio N fue el responsable de dar la orden de introducir el cuerpo del menor bajo el siguiente mecanismo:
Nadia Carolina N, asidua visitante de reo, fue quien llevó el cadáver al reclusorio y con la ayuda de los custodios Jessica N y Gerardo N logró ingresarlo. Una vez dentro, Antonio lo recibió y ocultó. Posteriormente, el reo Sergio N lo depositó en el contenedor de basura.
A partir de las investigaciones realizadas, un juez control libró órdenes de aprehensión en contra de Nadia Carolina y Jesica, quienes fueron ayer puestas a disposición para que se inicie la audiencia e imputarles varios delitos.
La Fiscalía dio a conocer que solicitaron a la autoridad judicial la imputación de delitos en contra de los tres hombres restantes que participaron en dicha acción.
Los cinco implicados enfrentan cargos por los delitos de violaciones a la Ley General de Salud, infracciones a las leyes y reglamentos sobre inhumaciones y exhumaciones, así como encubrimiento y asociación delictuosa.
En el caso de los dos custodios, además, se les fincará responsabilidades por el delito de incumplimiento de un deber legal.
Como se recordará, el caso del bebé Tadeo fue dado a conocer mediante una filtración periodística que no tuvo eco. Sin embargo, sirvió para que la organización Reinserta iniciara una campaña de golpeteo contra la administración estatal.
Tras el escándalo, la gestión estatal tomó la decisión de separar de sus cargos al secretario de Seguridad Pública estatal, Rogelio López Maya, además hacer cambios en La Subsecretaría de Centros Penitenciarios. De igual forma, se giraron 19 órdenes de aprehensión contra el director del penal de San Miguel, Jaime Mendoza Bon, el subdirector, jefes de turnos y custodios.
A los pocos días, trascendió que detrás del caso se encontraría el exsecretario de Seguridad Pública estatal Raciel López Salazar, quien presentó su renuncia en medio de sospechas de corrupción y pretendía cobrar venganza por su caída.
El cuerpo del bebe Tadeo fue sepultado en un panteón de la delegación Iztapalapa, de la Ciudad de México. A las pocas horas fue exhumado y trasladado a Puebla.