I
Frases como “eres lo que comes”, “eres lo que ves y lees”, las he escuchado recientemente en mi día a día. Pareciera que no sólo las Redes Sociales funcionan por algoritmo sino la vida misma.
De una u otra forma, tu entorno te va definiendo y le van poniendo personalidad al presente.
Vuelvo, disculpe la reiteración, a citar como la semana pasa a Sergio Pitol: “Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidios. Uno es una suma mermada por infinitas restas”.
II
Durante años hemos sido educados bajo ciertos esquemas que tanto la familia como los centros educativos nos han inculcado. Sistemas basados en tres frases -que son conceptos- primordiales: “qué dirán los demás de ti”, “como te ves/vistes te tratan” y “dime con quién te juntas y te diré cuánto vales”.
Se nos ha configurado para vivir conforme a las expectativas de un núcleo familiar y de la sociedad en general.
Se nos educa a competir y hacer hasta lo imposible por ganar y ser el primero en todo, pero nunca se nos enseña para lidiar con la frustración, la decepción, la sensación de “derrota”.
Se nos enseña a amar al otro sin antes amarse a uno mismo, pues es visto como un acto de auténtica egolatría.
Básicamente se nos enseña a vivir por y para el otro, dejándonos en último lugar.
III
Las treinta y siete estrofas de la práctica del boodhisattva, un texto muy valorado por la comunidad budista tibetana, es el punto de origen de Corazón heroico de Jetsunma Tenzin Palmo, una mujer londinense que a los 20 años se ordenó como monja budista y en 2008 fue reconocida como Venerable Maestra (Jetsunma) por su santidad XII Gyalwang Drukpa.
Con la paciencia propia de una monja y la habilidad de una docente, Tenzin va desmenuzando las 37 estrofas para ayudarnos a comprender y entender el mensaje que está detrás, dicho de otra forma hace que lo esotérico se convierta en exotérico.
Corazón heroico es una especie de guía práctica para lograr convertirse en un bodhisattva: una especie de heroína o héroe difícil de quebrar y que por súper-poder tiene la habilidad/capacidad de liberar al “al otro” del sufrimiento.
Este libro es un auténtico viaje iniciático por el sendero espiritual y aquí se encuentra la clave para comprender/entender y practicar el puro y auténtico amor: eso que se hace desinteresadamente por otros con plena certeza de que lo dado, probablemente nunca lo agradecerá ni devolverá la persona beneficiada, pero la vida tarde o temprano recompensará.
Corazón heroico también es una guía para comprender y practicar el desapego de forma correcta. Para ello, es necesario conocer tanto los vínculos positivos como negativos: agradecer los primeros y abrazar lo segundos; saber que ambos nos conforman, pero ninguno debe dominarnos. El equilibrio es el camino para acceder a una auténtica práctica de la compasión. El saber agradecer y querer a quien nos hace bien es sencillo; pero perdonar, aceptar y abrazar al que nos ha dañado es un auténtico acto de amor a la humanidad. Lograr ese equilibrio hace que el ser humano trascienda y acceda al verdadero camino de la sabiduría.
IV
Corazón heroico es un libro urgente para estos tiempos de sobrecarga informativa, donde la ansiedad y la depresión parecen ser tan tradicionales como una tos o una gripa.
Urge virar y optar por nuevas formas de ver y vivir la vida.
Urgen políticas donde la salud mental y emocional del ser humano estén por encima de las metas empresariales y gubernamentales.
Urge que comencemos a ser una sociedad más amorosa y menos belicosa.
