Contrario a lo que Néstor Camarillo Medina ha hecho creer, en el PRI nacional existe un profundo enojo en contra del exdirigente estatal por el escándalo de la venta de candidaturas. Es más, Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, sabe de primera fuente que la grabación en la que se escucha la voz de la alcaldesa Paola Angón Silva es real y que su pupilo no sólo enfrenta reclamos en San Pedro Cholula sino también en otros municipios y por parte de aspirantes a diputaciones locales.
A tal grado ha llegado su enojo que su visita a la entidad no solo fue para apoyar a los candidatos de la coalición Fuerza y Corazón por México, sino a conocer personalmente el cochinero que el exdirigente estatal tiene en la entidad.
Fue allí cuando no sólo se enteró de la grabación de la alcaldesa cholulteca sino también de otras reuniones que Néstor Camarillo sostuvo, después de que estallara el escándalo, con importantes personajes de la vida política en la entidad con la finalidad de salvar el pellejo.
Así pues, Alito Moreno, el líder de la Mafia SA, comenzó a integrar un expediente sobre las andanzas de su muchacho. Está en una postura de querer defenestrar a Néstor Camarillo, por lo que, si un alma caritativa le ofrece las pruebas suficientes, encantado de la vida lo retira de la campaña.
LA VIOLENCIA CONTRA BLANCA
Blanca Jiménez Castillo había trazado desde 2021 una ruta muy clara para alcanzar la candidatura a diputada local por el distrito 18 de Cholula. En ese sentido, comenzó a operar en consecuencia hasta que se le atravesaron Eduardo Rivera Pérez y Néstor Camarillo Medina.
Éste último, por ejemplo, el exdirigente estatal del PRI se le ocurrió vender la candidatura a la presidencia municipal de San Pedro Cholula e incumplir el acuerdo, lo que terminó por detonar una crisis política en el interior de la coalición Mejor Rumbo para Puebla.
Sabedora que Eduardo Rivera pretendía imponer a Roxana Luna Porquillo como candidata a la presidencia municipal sampetrina, esperaba que los astros se alinearan para que continuara en la puja por la diputación, pero fue ahí que Paola Angón Silva difundió la especie de que había llegado a un acuerdo para que ser la abanderada por ese espacio.
Con ese contexto a cuestas, Blanca Jiménez se enteró por las redes sociales que había sido propuesta como candidata a la diputación federal 9 de Puebla, luego de que Mónica Rodríguez Della Vecchia decidió declinar en protesta porque Eduardo Rivera le exigió renunciar a su militancia panista y pasarse a la bancada del PRI en el Congreso del estado con la finalidad de que ésta no desapareciera.
El asunto es que la designación nunca se hizo oficial, por lo que Blanca entendió que filtración de Paola Angón era un sebo y retomó su interés por diputación local cholulteca. El problema es que Eduardo Rivera montó en cólera e interpretó el movimiento de la panista como una afrenta a su liderazgo (no la obedeció, no se sometió a sus designios, lo hizo menos, pues) por lo que ordenó que fuera excluida de toda lista de aspirantes.
Sí, leyó bien, Rivera Pérez vetó a Blanca Jiménez por no cuadrarse. ¿Acaso eso no es violencia política por razón de género?
Ya después, el empleado del Yunque y los inútiles de sus asesores difundieron que Blanca Jiménez no quiso enfrentarse a José Antonio Gali López, candidato de Sigamos Haciendo Historia por el Distrito Federal 9, y eso significaba traición.