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viernes, noviembre 22, 2024

Fraude en las Cloacas del Ayuntamiento de Puebla

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El abogado Roberto Elí Esponda Islas es conocido por haber golpeado con toda la saña del mundo a un funcionario de la Fiscalía Estatal de Delitos Electorales que acudió al hotel MM dos días después de los polémicos comicios de 2018.  

Ahí, entre golpes, manotazos, gritos, susurros —todo originado por los señalamientos de fraude electoral—, el entonces integrante de la plantilla de regidores de Morena bajó de una camioneta —custodiada por policías federales— al funcionario y lo golpeó al grito de “¡pinches rateros!”.  

Ya como regidor del ayuntamiento encabezado por Claudia Rivera Vivanco, Esponda Islas se convirtió en presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente.  

En ese contexto, movió sus influencias —que por lo visto eran muchas— para lograr que estudiantes suyos de la BUAP fueran contratados por la administración morenista.  

Dos casos —cuyos expedientes fueron hechos llegar a quien esto escribe— dan cuenta del modus operandi del ahora exregidor: Los convocaba, les pedía sus documentos oficiales, les daba largas y terminaba por disculparse con ellos.  

Al mismo tiempo, sin que ellos se enteraran, los daba de alta como empleados del ayuntamiento y en contubernio con su asistente cobraba los salarios.  

Un plan redondo.  

Todo iba bien —para el regidor y su cómplice— hasta que todo fue mal.  

Un día que una de las defraudadas acudió a abrir una cuenta bancaria a su nombre descubrió horrorizada que su clon se le había adelantado.  

En efecto: una mano misteriosa —en este caso dos— la dio de alta y sacaba los cinco mil pesos de sueldo que quincenalmente le depositaban desde el ayuntamiento.  

Su hermano fue víctima del mismo modus operandi.  

Ambos, hay que decirlo, presentaron una querella en contra de Roberto Elí Esponda Islas y Fernanda Schmidt Ruiz, su asistente, por “abuso de autoridad o incumplimiento a un deber legal”.  

Le dejo al hipócrita lector algunos fragmentos de una de las víctimas de este engaño brutal:  

“Desde el primer día llevé a cabo funciones varias, siendo principalmente administrativas, bajo las órdenes de Roberto Eli Esponda Islas, en la Comisión de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente.  

“Después de laborar, sin goce de sueldo o prestación alguna, durante el mes de noviembre de dos mil dieciocho con el Regidor, el día tres de diciembre por la mañana, Roberto Eli Esponda me indica que gracias al buen trabajo desempeñado bajo su cargo, iba a inscribirme en la nómina del Ayuntamiento de Puebla a fin de apoyarme con los gastos de transporte y alimentación diarios, pero que para tal efecto necesitaba los siguientes documentos: acta de nacimiento, clave única de registro público (CURP), credencial del Instituto Nacional Electoral (INE), registro federal de contribuyentes (RFC), comprobante domiciliario, comprobante de estudios y número de afiliación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).  

“La documentación, me indicó el regidor Esponda, era con el propósito de inscribirme a la nómina. Además, gracias al mes de trabajo que ya había desempeñado, le comenté al Regidor Roberto Esponda que tenía un hermano, estudiando la carrera de arquitectura. Por ese antecedente, el Regidor me indicó que también podría darle un trabajo a mi hermano, ya que goza del perfil que se requiere para laborar en la Comisión de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente municipal que preside. Por lo que, de igual forma requirió la documentación antes mencionada para realizar el trámite de darme de alta ante la nómina del municipio de Puebla.  

“(…) Días después, Roberto Esponda me indicó que fuera con su asistente, Fernanda Schmidt Ruiz, le mostrara la documentación, y juntas la lleváramos a la Coordinación de Administración de Sala de Regidores, y que una vez hecho eso, el Regidor Esponda personalmente me indicaría cuándo estarían listas nuestras altas como trabajadores del Ayuntamiento de Puebla.  

“Después de haber entregado la documentación propia y de mi hermano pasó todo el mes de diciembre sin que me informaran nada sobre el estatus del alta de trabajo. Me acerqué a preguntar tanto a Fernanda Schmidt Ruiz como a Roberto Eli Esponda Islas, sobre el estatus del trámite, pero me daban largas, pretextando que diciembre era un mes muy saturado de trabajo. Sin embargo, ya en el mes de enero de dos mil diecinueve me acerqué de nueva cuenta a preguntar a mi empleador y su asistente, y su actitud era la misma, renuente y negativa a darme cualquier tipo de información.  

“Dichas actitudes, de no prestar atención a las dudas que tenía sobre el trámite del alta laboral, se extendieron durante el mes de febrero y parte del de marzo.  

“(…) Cabe mencionar que, durante todo mi tiempo en la Sala de Regidores, bajo el mando de Roberto Eli Esponda Islas y su asistente Fernanda Schmidt Ruiz, no recibí ni un peso, y tampoco, por supuesto, mi hermano.  

“(…) El primero de junio de dos mil veinte fui a las instalaciones de Banorte, sucursal ubicada en avenida Reforma, número 118 para la apertura de una cuenta bancaria en compañía de mi padre, puesto que me apoyaría a crear mi primera cuenta bancaria a fin de ir desarrollando un sano historial crediticio. Así, ya en pláticas con el ejecutivo del banco, me preguntó si ya contaba con alguna cuenta con esa institución bancaria, y señalé que no; sin embargo, el ejecutivo me indicó que en el sistema bancario aparecía una cuenta de nómina con número de cuenta a mi nombre, en la que se realizaban depósitos quincenales. Tanto mi padre como yo nos sorprendimos y de inmediato comentamos que probablemente se trataba de algún robo de identidad o caso de homonimia.  

“Ante lo extraño de la situación, solicité más información al ejecutivo sobre la supuesta cuenta a mi nombre, así que me indicó que la cuenta se encontraba sin dinero, pues que en el estado de cuenta se podía apreciar que depositaban dinero a la cuenta y en ese mismo momento retiraban el dinero de la misma.  

“Recordé en ese momento los documentos personales, propios y de mi hermano, que había entregado al Regidor Roberto Eli Esponda Islas y a su asistente Fernanda Schmidt Ruiz. Al recordar eso, tuve el temor fundado de que hubieran hecho un uso indebido de mis documentos personales y de mi hermano, pues tuve la sospecha que ellos habían creado esa cuenta bancaria de nómina en la institución Bancaria Banorte.  

“Por esa situación, comuniqué inmediatamente a mi hermano lo ocurrido, para que a la brevedad acudiera al mismo banco al que asistí yo, con la finalidad de corroborar si existía alguna cuenta bancaria a su nombre.  

“Por ello, el día dos de junio de 2020, al acudir mi hermano al banco, descubrió que también contaba con una cuenta bancaria de nómina. Además, mi hermano y co-querellante solicitó estados de cuenta de los meses de enero a junio de 2020, de los que pudimos descubrir que se depositaban quincenalmente la cantidad de cinco mil pesos.  

“Nuestras sospechas de que tanto Roberto Eli Esponda Islas y Fernanda Schmidt Ruiz habían hecho un mal uso de nuestros datos personales se confirmaron el día cuatro de septiembre de dos mil veinte, fecha en que entré a la página de internet del Servicio de Administración Tributaria (SAT), a fin de corroborar mi situación ante la hacienda pública; sin embargo, encontré que desde el día trece de enero de dos mil diecinueve se han realizado muchos pagos a mi nombre, donde el emisor de dichos recibos es el Municipio de Puebla, quien aparece como patrón con número de RFC MPU6206015F0”.  

Ufff.  

¿Cuántos fraudes de esta naturaleza se hicieron durante la administración de Claudia Rivera Vivanco?

Es pregunta que apesta a cloaca. 

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