Cuando tienes la fortuna de tener hijas, quieras o no, con el tiempo, aparecerán los novios, personajes que se volverán una piedra en tu zapato. Tu le pondrás la mejor cara, sumaras una silla en tu mesa, tendrás que medio ponerte al tanto de temas que le puedan interesar. En un acto de total sacrificio, alguna copa tomarás con el, con brindis incluido y el culmen de esta acción de no-si aceptación, lo incluirás en tus viajes familiares, todo pagado. Tu piedra en el riñón irá creciendo, a la par que la sonrisa de tu hija.
No se me ocurre mejor ejemplo para la aceptación del Sr Martino en la dirección técnica de la selección. A estas alturas de la eliminatoria y a 10 meses del mundial, de las dos sopas que había, solo queda una y se refiere a que México en cualquiera de los 3 lugares disponibles, sin repechaje posible, estará en Qatar con el técnico Argentino. Todas mis discusiones de no ser Mexicano, de su única forma de juego, lo acartonado de su esquema, el pacto que tiene con el mismo grupo, después del triunfo del pasado jueves, le tengo que dar la vuelta, aceptarlo como el novio y hacer más llevadero este año mundialista.
Sigo pensando que esta generación, como lo fue la del 2018 o como lo fue la del 2014, es una gran camada de jugadores; unos con más experiencia y otros, más jóvenes, destacando en sus equipos. Si puedo asegurar, que de los 30 convocados para esta fecha FIFA, todos juegan de una forma diferente en sus equipos que en el combinado Mexicano. Lucen mucho más en sus equipos y no es por los compañeros que tienen y si por los posicionamientos dentro de la cancha. Ejemplos: Alvarez juega acompañando al contención y por lo mismo tiene más libertad de tocar el área. En la selección juega de contención. Lozano juega por cualquiera de las dos bandas, en Mexico solo por una. Herrera cuando tiene minutos en el Atlético lo utilizan para matar el ritmo del rival, frenar y arrancar a 100 por hora. En Mexico juega poniendo el ritmo semi lento durante el tiempo que esté en la cancha. Así me podría seguir con todos y entonces, Sr entrenador aceptado, ¿ no podría poner una formación, la que quiera, 4-3-3 o 4-4-2 o 3-4-4, la que quiera, pero que los jugadores puedan mostrar sus virtudes y esconder sus defectos. No es tan difícil, en el entendido que lo que menos tiene una selección es tiempo para entrenar, eso es una máxima mundial, la falta de tiempo para adaptar un sistema de juego. Entonces, ante la calidad que aseguró se tiene, póngalos en la cancha en el lugar y en la función que los hizo llegar al lugar que ocupan.
Ya el novio se sienta en la sala y tiene el control de la televisión, no hay marcha atrás; haz todo lo posible para que tu hija llore lo menos posible, porque llorar, alguna vez el sujeto lo va a provocar.
PD. Esta columna salió el domingo en páginas de ESPN. El tema es actual y mi escrito no paso de moda; es más, queda mejor hoy que el domingo pasado. Ayer cumplí 63. Sin vanidad no los aparento, otro regalo de Dios, pero por dentro me siento de 80 o 90. Eso no es malo, el problema es que hoy me toca vivir 63 y no lo hago. Las razones hoy más que nunca caerían en el pretexto por eso ni las mencionó, pero para 63 he abusado de los errores y eso me tiene mal. Solo pido un año más, 365 días: me urge enmendarlos y vivir o morir tranquilo.
Gracias a Hipócrita Lector y a Mario Alberto Mejia por darme un espacio y dejarme encuerar.