Los cambios efectuados este martes al interior del Ayuntamiento de Puebla confirmaron que el ala dura del lalismo -la corriente que es fiel al precandidato de la oposición, Eduardo Rivera Pérez– se impuso en la pelea por retener el control de la Comuna tras la salida de su líder para irse a su fallida campaña a la gubernatura. De hecho, se puede decir que el lalismo se encuentra más fuerte que nunca y se deshizo de todos los indeseables, principalmente de los hermanos Guadalupe y Bernardo Arrubarrena García. El segundo fue defenestrado como secretario de Administración municipal, mientras que la primera ya fue informada que no le dará la candidatura a diputada por lo que seguramente será incluida en la planilla de la coalición Mejor Rumbo para Puebla como regidora o síndico municipal, aunque por el encono que existe contra ellos, no tiene nada seguro. Los hermanos crearon un grupo para impulsar al secretario de Economía y Turismo municipal, Alejandro Cañedo Priesca, como presidente municipal suplente, una jugada que salió muy mal. Hay que aclarar que el empresario no forma parte de la Organización Nacional del Yunque y tampoco anda prestándose a complots, pero el clan Arrubarrena hizo correr esa versión. Otro de los damnificados fue Edgar Vélez Tirado, secretario de Infraestructura y Servicios Públicos. Caso contrario ocurrió con la extesorera María Isabel García Ramos, quien a pesar formar parte del grupo ahora en desgracia, logró saltar del barco justo a tiempo. A cambio, fue recompensada con la gerencia del Ayuntamiento de Puebla, el segundo cargo en importancia en el organigrama municipal. Como le decíamos líneas arriba, el ala dura del lalismo se impuso y la primera señal fue la llegada de Enrique Guevara Montiel como secretario particular de la Presidencia Municipal, un área en el que prácticamente se convertirá en el encargado de filtrar la toma de decisiones y responde exclusivamente a los dictados de Eduardo Rivera. El arribo de Omar Coyopol Solís a la tesorería municipal también servirá para que el exmunícipe tenga a alguien de su plena confianza para el manejo de los recursos, el problema es el oscuro pasado del exedil de San Andrés Cholula, a quienes sus propios compañeros responsabilizar de un enriquecimiento inexplicable y múltiples anomalías financieras. Omar forma parte de las familias custodias cholultecas y ha sido cercano colaborador de Rivera Pérez. En este enroque si bien Adán Domínguez Sánchez quedó al frente del Ayuntamiento de Puebla eso no significa que será quien mande, ya que está maniatado por todos lados al imponerle a quienes despachan en la Tesorería, la Gerencia, la Secretaría de Administración y hasta la Secretaría Particular. Con Adán se cumple el dicho político: Uno despacha en el Palacio Municipal, pero el que manda está en otro lado… para ser más precisos, anda en campaña.
ENTRE COCHUPOS Y ROBOS TE VEAS
Vaya escandalazo el protagonizó el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, quien exhibió en sus redes la mala del PRI que pretende agandallarse todas las candidaturas en el estado de Coahuila pese a que existe un convenio político previo surgido de la ocasión en que Acción Nacional cedió la candidatura de esa entidad a sus aliados priistas. “Es una verdadera pena que el recién entrado gobernador @manolojim mienta con tal facilidad; quien miente e incumple en lo poco, miente e incumple en lo mucho. El acuerdo político firmado por el hoy gobernador no está vinculado al porcentaje obtenido en el resultado electoral. Es muy sabido que @AccionNacional sacrificó una parte de su votación por no postular a un candidato a la gubernatura”, posteó en su red social X y lo acompañó con imágenes de dicho convenio. En su enojo, el líder panista no cayó en cuenta que todo sirvió para que la ciudadanía comprobara que las candidaturas y procesos electorales se han convertido en una moneda de cambio al mejor postor. ¿Y así quieren cambiar al país? Marko Cortés ya comprobó una vez más que con el PRI y su marrullero dirigente Alejandro Cárdenas, alias Alito, ni a la esquina.
