En el pasado reciente, algunos directores buscaban en el área femenil a internas jóvenes y guapas en aras de convertirlas en sus amantes.
Tras unos primeros encuentros de supuesto protocolo, las chicas terminaban siendo chantajeadas por la vileza de los directivos.
De entrada, les hacían creer que se preocupaban por ellas y sobredimensionaban su situación legal.
“Tu caso es muy complicado. Vas a pasar muchos años aquí metida. Qué pena porque eres muy guapa”, argumentaban al principio.
Luego les ofrecían algunas canonjías para hacer más llevadera su estancia.
Al final, lograban su objetivo: acostarse con ellas.
Hubo un caso en el que un ex director le ofreció a su joven y guapa víctima ayudarla a salir pronto de prisión.
A la par de eso, le empezó a regalar ropa interior —muy sexy—, perfumes, faldas ajustadas, zapatillas…
Para cerrar el círculo, la llevaba a comer o a cenar a su oficina.
Ahí —montada ya una romántica parafernalia—, comían y bebían a media luz con música de fondo y un ambiente ideal para el romance.
El cobro sexual aparecía en consecuencia.
“El director ya tiene novia nueva”, solían comentar los custodios que en la madrugada, y con el mayor sigilo, regresaban a la interna a su área de encierro.
No era una conquista la que hacía el abusador: era un vil chantaje montado en una chica quebrada por dentro, como son buena parte de las internas jóvenes.
El engaño duraba meses, hasta que el director se cansaba de su amante y la cambiaba por otra más rentable.
Bien valdría la pena abrir líneas de investigación sobre estos abusos para castigar a los delincuentes de corbata y saco: auténticos chacales que atacan desde la sombra.
El Gallinero Democrático. Después de la beligerancia, vino la calma.
La activista Saskia Niño de Rivera, presidenta de Reinserta —organización que trabaja con mujeres en prisión—tuiteó estas líneas la tarde del lunes:
“Reconocemos la decisión del gobernador de #Puebla @MBarbosaMX de cambiar al secretario de seguridad pública y al subsecretario del sistema penitenciario.
“El trabajo entre gobiernos y sociedad civil es fundamental”.
Los “Huarachito Venceremos!” enfurecieron.
No entendían por qué Niño de Rivera había escrito un mensaje alejado de la bilis en la que viven, y de la que son víctimas.
Ellos, que tanto lucran con los feminicidios y casos como el de Tadeo, no daban crédito a que su tema de la semana se cayera.
Querían sangre.
Y de la mala.
Antes de ese tuit, su apuesta era que el escándalo se saliera de control y escalara brutalmente hasta convertirse en la nota internacional del año.
Por esa la frustración al ver el tuit de Saskia flotó en sus entornos como un mojón de caca.
(Hay mojones clavados en el suelo que sirven para marcar el límite de un territorio o de una propiedad).
Este martes se levantaron temprano para ver si el presidente López Obrador tocaba el tema y responsabilizaba de la trama Tadeo a las autoridades poblana.
En particular: al gobernador.
No fue así.
Su última esperanza era que Miguel Barbosa Huerta estallara en su Mañanera en contra de las activistas de Reinserta o de los periodistas.
Tampoco ocurrió.
Su teoría del cuerpo de Tadeo repleto de droga se caía como sus ilusiones de un escándalo mundial.
Y entre más corrían las horas, la gente pasaba de un tema a otro.
El gallinero terminó por tuitear su furia, su desesperanza, su desencanto cotidiano.
Ya vendrá otro escándalo o feminicidio que sacie sus glándulas suprarrenales.