Lalito mil oficios se convirtió en lo que siempre estuvo frente a él, pero nunca quiso aceptar: ser una versión reducida de su verdugo y mentor, Rafael Moreno Valle. El encarcelamiento del presidente auxiliar y dos personas más en La Resurrección por encabezar una revuelta contra su gobierno es sólo un refrito mal ejecutado visto en la historia reciente de Puebla. El problema es que Lalo -edil por la mañana y candidato por la tarde-, no puede ocultar por ningún lado que el problema de la ingobernabilidad ya es insostenible en la ciudad y que éste ya rebasó a las juntas auxiliares y mercados del municipio. Ayer, ya lo dejaron claro los regidores de Morena que se le fueron a la yugular: “Lalo Rivera es una calca pirata de Moreno Valle”. Hoy, solo resta ver el crudo desenlace: un Gerente municipal sin capacidad que se prepara para batir el lodo de desgobierno mientras Rivera persigue su sueño llamado 2024.
La joya de la corona, decisión difícil
La tensión que se ha comenzado a generar al interior de Morena en torno a la candidatura a la presidencia municipal de Puebla no es un tema menor, pues la definición del candidato o candidata puede definir desde el inicio el resultado de la elección del 2 de junio. Es quizás la decisión más difícil que deberán tomar en las altas esferas del partido obradorista —incluso mayor que la definición del candidato a la gubernatura del estado— luego de que en 2018 se hayan hecho de esta posición con una buena ventaja y en 2021 la perdieran de forma estrepitosa junto con diputaciones federales y locales. Es en la capital de Puebla donde se concentra el 45 por ciento del electorado y del voto switcher de la entidad, el sector del padrón electoral más difícil para conseguir y convencer para Morena. No por nada los interesados están preocupados por el interés de la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco en ser candidata por tercera ocasión, pues esto puede inclinar o no los resultados en la zona metropolitana en el 2024.
Sergio Salomón y Gaby, el rostro cálido de la política
Dicen que en la política, los corazones suelen latir en clave de estrategia y poder. Pero, en la cuna de las decisiones de gobierno, hay una historia auténtica: la de Sergio Salomón y su esposa, la presidenta del DIF, Gaby Bonilla. Este dúo atípico se ha dedicado a romper el molde y para sorpresa de muchos, a pesar de estar unidos cada uno atiende sus responsabilidades diarias sin distracciones. En un mundo donde a menudo nos perdemos en la frialdad de las instituciones, Sergio y Gaby nos recuerdan que la política puede tener un rostro cálido. Así que, ¡échenle una flor al gobernador y a Gaby!, porque su historia nos recuerda que, incluso en los pasillos del poder, el amor y la autenticidad pueden florecer de forma natural.