Staff HL
Las instituciones de educación superior deben estar atentas a los cambios económicos, sociales y políticos, así como a la regionalización de la industria, para impulsar los ajustes necesarios en sus programas educativos, con el fin de abonar al desarrollo, afirmó la rectora María Lilia Cedillo Ramírez, durante el foro Importancia de la relocalización empresarial: Oportunidades y desafíos para la formación del capital humano, innovación, así como desarrollo regional, en la Feria Internacional del Libro (FIL) 2023, en Guadalajara.
En este ejercicio participaron además el secretario General Ejecutivo de la Asamblea General de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Luis Armando González Placencia; las rectoras Sandra Yesenia Pinzón Castro, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, y Consuelo Natalia Fiorentini Cañedo, de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo; así como José Higuera López, director del Instituto de Estudios Mexicanos de CUNY, en Lehman College.
Cedillo Ramírez inició el conversatorio al responder sobre las acciones de las universidades ante la relocalización empresarial, un fenómeno que pone en duda la conveniencia de la producción internacional y plantea la posibilidad de reconfigurar los sectores industriales a lugares más cercanos al país de consumo, para que se impulse la producción, la economía y el desarrollo regional.
“Tenemos que hacer cambios pertinentes en los programas académicos y atender las necesidades regionales. En el caso de Puebla, la industria automotriz está muy presente, pero hay que reconocer otros sectores, como energías limpias, agua y estar abiertos a las nuevas tecnologías encaminadas a la preservación del medio ambiente”.
Las modificaciones a los programas académicos tienen que atender los requerimientos de la industria y así hacer un trabajo colaborativo, comentó. Como ejemplo destacó los modelos de educación dual de la BUAP, así como el proyecto de CU2, que busca fortalecer las ingenierías y las Ciencias Naturales.
Sobre el financiamiento necesario para implementar nuevas estrategias, Cedillo Ramírez subrayó la importancia del diálogo entre las universidades y los gobiernos estatales, que también contribuyen con recursos. En este sentido, el papel de la universidad y la confianza que refleja en la sociedad es fundamental para que exista ese acompañamiento, que en el caso de Puebla, ha sido abierto y sensible.
Uno de los aspectos que también abordaron fue el papel de las Ciencias Sociales y Humanidades en un contexto tecnológico. La rectora de la BUAP indicó que son fundamentales en el desarrollo de un individuo y de la sociedad, pues de no incluirlas se estaría deshumanizando a los estudiantes, quienes deben ejercer su conocimiento y habilidades desde una visión crítica, con hábitos de lectura, apreciación del arte y sensibilidad hacia el otro.
Al cerrar la mesa de debate, habló del uso de nuevas herramientas tecnológicas en la educación. Señaló que existe el reto de ir a la par del desarrollo y del propio avance tecnológico; sin embargo, se pronunció por enseñar a los alumnos las dos aristas: aspectos positivos y su aplicación, pero también la perspectiva ética en el empleo de estos recursos.
Como ejemplo mencionó la polémica que despertó en el plano de la genética molecular el tema de la clonación y cómo se pusieron en juego aspectos bioéticos. Por ello, se tiene que trabajar con los y las estudiantes, porque de lo contrario se corre el riesgo de hacer un uso irracional de estas herramientas.
Los panelistas coincidieron en la urgencia de atender estos cambios, a partir de las necesidades propias de cada región, pero a través de estrategias conjuntas entre universidades, gobierno e industria.