En la contienda interna de Morena, Eduardo Rivera Pérez había prendido velas a sus santos de cabecera para que le hicieran el milagro de que la abanderada del partido oficial a la gubernatura fuera Claudia Rivera Vivanco. Hoy que la exalcaldesa anunció que buscará, una vez más, la presidencia municipal de Puebla, el más contento es el diputado federal Mario Riestra Piña, quien tiene muy bien medido cualquier escenario del rival que le pongan enfrente y sabe que tener a la morenista como contrincante ayudará enormemente a su campaña debido a que sí algo tiene son los negativos muy altos. Otros que también están contentos es la coalición PRI-PAN-PRD, pues un perfil como Rivera Vivanco les permitirá retener el corredor azul de la zona conurbada y empujar a su candidato a la gubernatura. A razón de que se lo expliquemos en otra entrega, le podemos afirmar que la competitividad que tanto presume la exalcaldesa es un espejismo. Un dato que salta a la vista, por ejemplo, es que en las tres encuestas que aplicó Morena para definir al coordinador estatal de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, se ubicó en el cuarto lugar de los estudios tomando como base la metodología aplicada, es decir, el resultado de la sumatoria de los 10 reactivos medidos. El primer lugar fue Alejandro Armenta Mier que ganó las tres encuestas. El segundo sitio lo ocupó Ignacio Mier Velazco. El tercer lugar fue para Julio Huerta Gómez y en una muy lejana cuarta posición se encontró Claudia Rivera. Sin embargo, las reglas de la contienda interna establecieron que de las nueve gubernaturas en juego en 2024, cinco serían para mujeres y cuatro para hombres, por lo que un aspirante podría ganar la encuesta pero no resultaría coordinador estatal para cumplir el principio de paridad. Fue por eso que al darse a conocer los resultados de los nueve estados se enlistó al mejor hombre y la mejor mujer posicionados. Pero, al hacer una revisión detenida, las mujeres de los estados incluidas en las listas, salvo Puebla, ocuparon la segunda posición de las preferencias. No fueron el tercero o cuarto lugar como Rivera Vivanco. Incluso, Mario Delgado Carrillo se encargó de explicar que el segundo mejor posicionado de la encuesta fue Ignacio Mier, pero para cumplir el principio de paridad se incluyó a la exalcaldesa. Para no dejar a dudas, en la lista se anotó el nombre de la morenista pero entre paréntesis se le puso la frase “3er lugar”, lo que significaba que no era la más competitiva pero debía tomársele en cuenta. Como le dijimos más arriba, en otra entrega le explicaremos el verdadero “rostro” de la “competitividad” de la fundadora de Morena en la entidad. En la oposición saben el grado tan elevado de vulnerabilidad de la expresidenta municipal y que ofrece una amplia posibilidad de triunfo. La razón es sencilla: El posicionamiento que presume es producto de su alta exposición mediática en el Ayuntamiento de Puebla, una gran ventaja que deja gobernar la ciudad más importante del estado y la sobrada capacidad de recursos para proyectar la imagen de quien esté al frente. No tener la exposición y conocimiento que refleja Claudia Rivera sería un auténtico fracaso. Sin embargo, tenerlo no significa competitividad, tal vez podría ser alta conocimiento y las elecciones no las ganan solo los más conocidos sino aquellos que cuentan una variedad de atributos que el elector busca para sus autoridades. Si nos vamos a este punto, entonces, la clave está en los negativos y allí la exalcaldesa es la mejor opción que la oposición pudiera tener. (Nota bene: Todos los análisis, críticas y comentarios que se realizan sobre Claudia Rivera son sobre su actuación pública, forma de gobierno o desempeño de gobierno. No es por su condición de mujer, no se equivoquen).
domingo, noviembre 24, 2024
