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viernes, noviembre 22, 2024

Narcos o diputados (el dilema que viene)

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Hubo una época en este país en que los adolescentes vivían con sus padres y soñaban con ser presidentes de México o futbolistas o corredores de autos.

Con el tiempo, los adolescentes tomaron otros caminos.

Uno de éstos: un buen trabajo en la burocracia, una buena mujer para casarse y otra buena mujer para la cama.

Hoy por hoy, lejos de esa época anodina, los jóvenes de 18 años que no viven con sus papás —o incluso si viven con ellos— están metidos en las drogas —o en algún corporativo ligado a éstas—, o buscan ser diputados o alcaldes de sus pueblos.

Sicarios o diputados, he ahí el dilema.

O sicarios y diputados.

Todo se puede.

Conozco a varios gandules con fuero que tienen dealer a a la mano y cocaína en el buró.

(Hay otros, incluso, que trafican durante las sesiones. Narcomenudeo, le dicen).

Tan sólo en Puebla estarán en disputa —además de la gubernatura y las senadurías— 217 alcaldías, 41 curules en el Congreso local y 16 diputaciones federales.

En total: más de dos mil cargos de elección popular.

Puebla es la entidad en la que estarán en juego más cargos en todo el país.

El año próximo, por ejemplo, habrá mil 810 regidores nuevos y 217 síndicos municipales.

Cualquiera que tenga 18 años cumplidos puede ser diputado.

Harán falta muchos jóvenes y mujeres en todo el país para cumplir la cuota requerida por la ley electoral.

Es todo un drama.

¿Cómo van a cubrir las cuotas los dirigentes nacionales que viven de las cuotas?

Sólo ellos saben.

La venta de diputaciones será como un Buen Fin.

Y no faltarán los que paguen el debido moche para cumplir su más caro sueño infantil.

Este gran negocio alcanzará su cúspide en las semanas que vienen.

Las ofertas incluyen todo.

Hasta sesiones de sexo por una candidatura.

Una vez que en todo el país rindan protesta los miles y miles de nuevos héroes de la nación, sobrevendrá otro fenómeno: la contratación masiva de jóvenes auxiliares dispuestas a todo para ganarse la quincena.

Ya se sabe: algunos de estos héroes gustan de pasar del alcohol a la coca en menos de un minuto, y de ésta al romance inmediato con una colega o una subordinada.

La que llegue primero.

Esto que escribo no es misoginia.

Es realismo socialista puro.

La política en México sigue metida en el fango pese a los esfuerzos de las pocas valientes feministas.

Y uno de los mayores fangos habitan, por desgracia, en muchas de las miles de curules que hay en este país.

Marko Cortés, Alito y Jesús Zambrano tienen todo para arrancar.

(Negocios, prebendas, canonjías, promesas por cumplir).

Pero detrás de ellos nunca faltará una Layda Sansores que exhiba su habitual e inmensa podredumbre.

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