Como quedó demostrado en este torneo, lo menos importante de nuestro futbol, es la liga.
Todo comienza con el Todo comienza con el sr. que la preside, cuya capacidad y experiencia en este ramo de carácter deportivo-administrativo, es nulo. Entonces los sucesos que se dieron en estos últimos cuatro meses son malos en cuanto organización y credibilidad. La liga tendría que ser el sostén del futbol, porque los aficionados siguen semana a semana a sus equipos, entonces ellos no tendrían que tener dudas y si muchas decisiones que respaldarán la organización del torneo. Entiendo que, en lo económico, más allá de multas, inscripción de equipos y jugadores, patrocinadores directos, etc., los dineros grandes están en la selección y sus múltiples ventas, pero la materia prima, los jugadores, vienen de la liga o saltan al extranjero por la liga.
A continuación, solo para respaldar lo anterior, citaré casos que se dieron a partir de junio pasado y que influyen en cuestiones negativas; el aficionado no cree en su liga y no se le dan facilidades, de cualquier índole, para tener un espectáculo de primera calidad.
Empezamos con el parón que se tuvo a partir de la fecha 3. Todos los equipos se fueron a un torneo vs. equipos de la MLS, con resultados malos en organización, en lo deportivo y en lo económico. Lo que cobra un equipo importante de México por jugar dos partidos en USA, el que más cobró después jugar 5 o 6 juegos, solo es el 20% de su cobro normal. En lo deportivo, los traslados, las incomodidades y el dejar tu torneo, en nada contribuyen para dar prestigio y seriedad al órgano rector: La Liga.
Seguimos con la cantidad de juegos aplazados porque el equipo local no tenía en su momento, por mal estado de las canchas, ya que se rentaba par otros eventos masivos, entonces, al cuarto para las doce, el juego se suspendía y se aplazaba. Poca seriedad al público y poco respeto a la liga.
La pedida de puntos en la mesa del Puebla, ya que uno de los integrantes de su banca, no fue captado en el sistema de alineaciones y su nombre si fue puesto en la hoja que se entrega previo a los juegos. Este problema ya fue reclamado en el TAS y no puede pasar de esta semana para que su tribunal dé el veredicto. Menudo ridículo será si el TAS le da la razón al Puebla, situación que en lo particular lo veo muy cercano; el sistema de cómputo de La Liga no capto el nombre de Luis Noriega, entonces el responsable es el capturista o el sistema, no el equipo castigado.
En el mismo caso está la de jugadores que tenían tarjetas amarillas en otro equipo, pero en el mismo torneo. Al cambiar de equipo, estas tarjetas ya no les fueron sumadas y causado cumplieron las &, que por reglamento amerita un juego de suspensión, no se les sumaron las pasadas, no de otro torneo y sí del mismo. En este caso, nadie fue sancionado y si fue alineación indebida.
Otro caso. Gerardo Espinoza, deja su cargo en la selección menor y es contratado por un equipo de la Liga. Sacan la regla que no se puede ya que la selección es el máximo equipo dentro del Fútbol. Eso me parece normal, si es el máximo equipo, pero no pertenece a la liga. Sería el caso de un entrenador de otro país, que deja a su equipo y llega a trabajar a México. Ese equipo que dejó no pertenece a la liga mexicana y ahora se concluye que la selección si pertenece a la liga mexicana. Yo me pregunto: en qué lugar de la tabla va este equipo llamado selección. Aquí el caso es que le aplicaron un castigo al técnico: nos dejas, muy bien, pues ahora no entrenas a nadie hasta enero próximo.
Ya de problemas viejos y que no dejan prosperar la Liga, como la multipropiedad, la cantidad de extranjeros contratados, el no tener pirámide de competencia por el no ascenso y no descenso, el de representantes dueños o socios de equipos, el de familiares de propietarios trabajando en comisiones que atañen directamente en decisiones de la liga, la poca seguridad en los estadios, el fracaso de la identificación del aficionado que acude a los estadios. Esos problemas ya se enquistaron en el sistema; ya se aprendió a funcionar, mal, con ellos. El problema viene con los nuevos y que nadie hace nada por los viejos ni por los nuevos, que semana a semana van llegando.
Pero bueno, a falta de una jornada, y varios equipos tratando de llegar al Play Inn o a la liguilla, el aficionado olvida todo lo qué pasó, en algún momento lo mencionara, según lo vaya en la fiesta, y los organizadores, al final, se pondrán de traje para la entrega de medallas y trofeo al campeón y su pensamiento será: QUE BUENA LIGA ES LA NUESTRA.
