Aunque la dirigencia estatal del PAN, encabezada por Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, festinó la unción de Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra Piña como los candidatos panistas para la gubernatura y la capital poblana, en realidad todo se trata de una operación del Comité Ejecutivo Nacional, a cargo de Marko Cortés Mendoza, para cerrar la pinza y evitar sorpresas.
Lo interesante del asunto es que, contrario a lo que pensaba el alcalde de Puebla, los tiempos se le adelantaron sin saber con precisión quién será su oponente en la coalición integrada por Morena, Partido del Trabajo, Partido Verde Ecologista, Nueva Alianza y Fuerza por México.
Será imposible que públicamente lo acepte, pero la dirigencia nacional panista obligó a Rivera Pérez a subirse a la candidatura después de meses de dubitación y hasta intenciones reales de buscar un espacio al Senado de la República o repetir en la presidencia municipal.
El primer mensaje del CEN del PAN de que estaban dispuestos a apoyar a Eduardo Rivera a cambio de que no saliera con una retractación a la mera hora en que se hicieran las definiciones, fue ceder la diputación federal plurinominal a la presidenta del Sistema Municipal del DIF, Liliana Ortiz Pérez.
Todavía falta por definir qué margen de maniobra le darán al munícipe la designación de candidatos a diputados federales y locales, pero hay indicios de que Marko Cortés pretende abrir la baraja a todas las expresiones locales y así evitar una campaña de brazos caídos.
Por lo mientras, Eduardo Rivera, a través de Marcos Castro Martínez, secretario general del CDE del PAN, comenzó a tejer las alianzas políticas necesarias al interior del panismo con una única lógica: el fortalecimiento de la Organización Nacional del Yunque y que sus integrantes sean beneficiados con cargos de elección en todos los espacios disponibles.
Así pues, Marko Cortés pretende evitar el agandalle de las candidaturas por parte de algún grupo, ya que se requiere a los perfiles más competitivos que acompañen al abanderado a la gubernatura. Esta es la razón por la que Mario Riestra Piña es la única carta con la que irán a la guerra en la capital poblana.
Como lo hemos dicho anteriormente, el diputado federal tiene un perfil que lo hace sumamente atractivo no sólo para conservar el voto duro -al ser militante panista de cepa- sino también para jalar al voto switcher e inconforme con la Cuarta Transformación que predomina en la capital y zona conurbada.
La fórmula de Eduardo Rivera y Mario Riestra, de entrada, ofrece una buena competitividad, pero todavía falta que el PRI y PRD la acepten para, entonces sí, ungirlos como abanderados del Frente Amplio por Puebla.
FRENAN A ASPIRANTES EN MORENA
Una vez que inició el proceso electoral 2023-2024 en Puebla, los aspirantes morenistas a la coordinación estatal de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación fueron instruidos para suspender cualquier acto de proselitismo, principalmente anuncios y acciones en tierra.
Al conocerse la resolución, Olivia Salomón publicó video en redes sociales donde confirma su decisión de suspender cualquier actividad y respetar las reglas que puso en marcha Morena.
