En el barullo de declaraciones por el anquilosado destape de Eduardo Rivera Pérez -fiel a su estilo decir que sí, pero no cuándo- una postura sale a flote y es la del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, quien ya mandó a decirle al PRI y al PRD que no van a ceder la candidatura a la alcaldía de Puebla ni está en la mesa de negociación. El motivo es que la capital poblana es hasta el momento el principal activo del blanquiazul y base de la competitividad electoral. En la ciudad y la zona conurbada se encuentra el 60 por ciento del padrón electoral, pero desde 2021 se creó un corredor azul como producto de los pésimos resultados que Morena ofreció durante la gestión de Claudia Rivera Vivanco. Eso llevó a un declive que ya se veía venir desde 2019, cuando Miguel Barbosa Huerta ganó con la gubernatura con el apoyo del interior del estado. El PAN consiguió, en esa ocasión, recuperar la franja urbana más importante y quedó firme con la elección intermedia. La tendencia actual en la capital prácticamente da un empate técnico entre las alianzas Morena-PT-Verde y PAN-PRI-PRD, de ahí que la clave -como lo hemos manifestado en varias ocasiones en este espacio- estará en el candidato. Ambas coaliciones requieren a un perfil que abone a ambas marcas más allá del posicionamiento que ya tiene. Mientras que el PRI y el PRD cuentan con un candidato con esas características, Acción Nacional tiene a Mario Riestra Piña, el diputado federal que ha hecho lo que muy pocos: lograr la unidad al interior del blanquiazul. La figura del legislador, a pesar de las veces que ha estado en la boleta electoral, continúa siendo atractiva y fresca por varias características: es joven, pero tiene experiencia y su perfil entra muy bien en clases medias, justo donde Morena no tiene ninguna posibilidad. A la par, su discurso ha sido consecuente y está construido en la línea ciudadana y panista, lo que abona para atraer la atención de la militancia como del voto sitwcher. De acuerdo con varias mediciones realizadas por el diputado federal, la conjunción de marca con su perfil prácticamente lo convierte en el rival a vencer. Ninguno de sus compañeros de partido tiene esa penetración e intención de voto. (Quienes digan lo contrario mienten, muy al estilo panista). Marko Cortés está en lo correcto al cerrar la puerta a cualquier negociación por la capital poblana. Si el Frente Amplio por Puebla pretende tener competitividad, no pueden dejar en manos de cualquier la franja más importante que, incluso, ayudará en una gran medida al candidato a la gubernatura que, si no cambia de parecer al cuarto para las 10, será el actual alcalde capitalino. Para que Morena puede estar al tú por tú con este escenario, requiere justo de una figura que incida en el voto panista y clase media. Si la hay, pero mientras no se defina la coordinación estatal no se puede asegurar nada.