El Partido Verde Ecologista de México desde su concepción estuvo vendido al mejor postor. Meretrices consumadas de la política, las dirigencias en turno -surgidas desde el orgullo del nepotismo o la visión acomodaticia de la supervivencia- lo mismo se han convertido en satélites del PAN y del PRI. Lo han hecho porque su esencia es única: el poder por el poder. Es anecdótica la nota difundida en febrero 2004, por el periódico El Independiente, que recogía las declaraciones de Jorge Emilio González Martínez, conocido como El Niño Verde, que realizó durante una gira por Londres, Inglaterra: “A mí la ecología es lo que menos me importa, yo represento intereses”. En Puebla, el Verde en sus inicios fue un auténtico trabuco que consolidó su estructura, sorpresivamente ganó presidencias municipales y colocó un diputado local. Esa dirigencia estatal estaba constituida por un cuerpo colegiado en el que lo mismo participaban políticos ciudadanos, académicos en materia de desarrollo urbano y medio ambiente, además de líderes forjados en las diferentes universidades poblanas. Después de esa época de gloria, el partido del tucán ha ido de la decepción a la pena ajena, pasando por la burla. Un personaje que lastimó la imagen del verde fue sin duda Juan Carlos Natale López, un despistado priista que, al igual que sus patrones nacionales, aquí se vendía al mejor postor. En la elección de 2010, por ejemplo, fue uno de los matraqueros del malogrado candidato Javier López Zavala. Cuando el expartidazo se fue a la ruina, entonces, se encargó de difundir que era el sobrino político de José Antonio Gali Fayad, uno de los hombres de mayor confianza de Rafael Moreno Valle Rosas. No sobra recordar que los morenovallistas simplemente le dieron trato de apestado y se fueron directo a negociar con los juniors que tenían secuestrada a la dirigencia nacional. El principal contacto era Manuel Velasco Coello, un priista-peñanietista que fue enviado a pactar con el lopezobradorismo. Con la 4T, Juan Carlos Natale se volvió carga maletas del canciller Marcelo Ebrard Casaubón, fue incluido en la lista de plurinominales -pero por la quinta circunscripción, lo que significa que no es representante del estado de Puebla- y fiel a los principios del Verde heredó la dirigencia a su primo Jaime Natale Uranga, otro priista que formó parte de la generación de jóvenes que se les llamó Los Cachorros del Marinismo. De no ser por el parentesco, Jaime Natale seguiría siendo el priista de medio pelo que siempre fue. Pero ahora el Verde se encuentra en una nueva transición, ya que el primo de quien carga las maletas de Ebrard ahora se ha convertido en carga maletas de Antonio Gali López, quien a su vez es pariente del primero. ¡Qué bonita familia! El dirigente estatal del Verde y el hijo del exgobernador decidieron meterse al proceso interno de Morena para ver qué pueden negociar. Natale Uranga no quería, prefería mantenerse más cercano a Marcelo Ebrard, pero entendió que si no se sumaba a Tony Gali Junior perdería la chamba, ya que el padrino político del junior del morenogalismo es Manuel Velasco, quien a diferencia del excanciller se encuentra en una posición inmejorable con los factótums de la 4T.
CAMBIOS EN 24 HORAS PUEBLA
En los medios de comunicación son naturales los movimientos internos. Es una muestra de que son entes vivos y en constante cambio. Lo interesante es cuando esos ajustes se realizan con asepsia. El empresario Edgar Nava, franquiciatario local de 24 Horas, tuvo que tomar una decisión por factores externos a su competencia, pero eso no significa que haya conflicto con el querido Zeus Munive, quien hasta ayer se desempeñó como coordinador editorial de 24 Horas Puebla. Los cambios siempre son para bien y a ambos les esperan nuevos puertos que llegarán lejos ya que son tipos exitosos.
