I
La búsqueda de Dios y su definición es algo que ha ocupado a la humanidad a lo largo de su existencia.
Muchos filósofos, artistas e intelectuales han buscado definirlo de diversas formas, unos desde el ateísmo y otros desde el deísmo.
II
Si no existiera Dios, habría que inventarlo; dicen que dijo Voltaire.
Nietzsche escribió: “El hombre, en su orgullo creó a Dios a su imagen y semejanza”.
III
Diversas culturas han consagrado, santificado y ritualizado su vida a uno o varios Dioses.
En tiempos donde la tecnología se ha adueñado de nuestras vidas y se vive para trabajar; ha aumentado la búsqueda de Dios o de una Energía Superior, a través de diversos procesos holísticos, esotéricos, espirituales y orientales.
Conectar con la fuerza interior, con el “Yo-Superior”, con la Madre Tierra (Pachamama o GAIA) se ha popularizado en diversos círculos de la sociedad.
Están los que lo hacen por moda y quienes lo practican con una auténtica convicción.
IV
El filósofo mexicano: Héctor Sevilla, lleva años combinando la ontología, el nihilismo, la mística y la literatura.
La editorial Kairós -distribuida en México por Nirvana libros- ha publicado su más reciente obra: Asombro ante lo Absoluto. Ocho actitudes en presencia de lo sublime.
V
A lo largo de 383 páginas, Héctor Sevilla busca comprender la relación de Dios con el hombre, y viceversa.
Su propuesta es arriesgada, polémica; pero con mucho sentido y me recuerda a lo planteado por Slavoj Žižek en el documental que acompaña a la película de Cuarón: Los niños del hombre; el hombre para evolucionar y ser libre debe romper con toda cadena y símbolo heredado.
El hombre para realmente conectar, conocer y entender lo Divino, lo Espiritual, necesita aniquilar los conceptos adquiridos.
Algo que siempre han propuesto las escuelas iniciáticas: hay que destruir el ego, el Yo, para dar paso a un ser más libre, más puro. Dicho de otra forma: hay que eliminar la pasión para abrirle camino al conocimiento que no a la razón. Esta ruptura de cadenas, le permitirá a la persona caminar por el sendero iniciático: la búsqueda de lo Divino.
Una vez que se cree haber encontrado lo Divino, la persona debe estar dispuesta a contemplar. La contemplación tiene como fin desarrollar las herramientas necesarias para logar conocer y comprender el fenómeno desde todas las aristas; posteriormente, se tendrá la capacidad de conectar desde el más puro amor. Luego vendrá la posibilidad de compartir, describir, la relación que guarda cada uno con lo Divino. Y muchas veces, esa experiencia suele plasmarse a través del arte.
VI
Lo interesante de Sevilla es que recurre al mundo intelectual para explicarnos que en la razón no residen todas las herramientas para entender y comprender el sendero espiritual o divino.
A veces, o casi siempre, se comprende más cuando se acepta que se desconoce. El desconocimiento da paso al asombro, la sorpresa permite que uno aborde el tema de una forma más abierta y libre.
Un gran libro para estos tiempos y da gusto que esta perspectiva sea propuesta por un académico mexicano.
VII
Cierro con este fragmento del libro: “En el camino hacia la concepción del espíritu existen barreras que suelen ser infranqueables para la mayoría de las personas. Una de ellas es la automatización propiciada por lo cotidiano, la cual provoca el desperdicio del propio talento. Tal como percibió Morín, ‘nuestras vidas se ven disminuidas por el exceso de prosa dedicada a las tareas obligatorias que no procuran ninguna satisfacción y que va en detrimento de la poesía de la vida, que florece en el amor, la amistad, la comunión y el juego’”
Pfff. ¡Cuánta belleza y sabiduría en tan poco espacio!