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domingo, noviembre 24, 2024

Periodistas camuflados en propagandistas (La guerra ha comenzado)

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De cada diez tuits que veo, nueve son de propagandistas políticos que elogian o vituperan a algún aspirante a la candidatura de Morena a Casa Aguayo.

De cada diez columnas que leo, cinco o seis son de propagandistas políticos que buscan la manera de influir en favor o en contra de alguno de los aspirantes.

Todo hoy es propaganda.

Las encuestadoras —una buena parte— suben puntos o bajan en función de la paga.

Puebla es emblemático en esta trama de intereses.

Algunos de esos encuestadores han sido exhibidos hasta por Layda Sansores en su Martes del Jaguar.

“¡Súbele cinco puntos”, se le escuchó decir a Alito Moreno hace algunos meses.

“¡Sí, patrón!”, fue la respuesta obediente.

Cada vez que Ana Teresa Aranda aparece en escena me recuerda la temporada en que estuvo a las órdenes de Mario Marín y Javier López Zavala.

Según Carlos Ibáñez, por entonces militante del PAN, la panista recibió todo tipo de beneficios para que operara en contra de Rafael Moreno Valle.

Jura Ibañez que hasta generosas maletas llegaban a la colonia Condesa, en la Ciudad de México, como parte de ese agradecimiento.

La guerra ha iniciado.

En los próximos días escucharemos audios atroces en aras de vulnerar a algunos de los aspirantes.

La guerra sucia siempre es un instrumento que ayuda a destruir al rival.

Aunque hay personajes a quienes nada les perjudica.

En la campaña de 2010, López Zavala le dijo en pleno debate a Moreno Valle que a él lo podrían acusar de cambiar de ideas, pero no de cambiar de sexo.

Horas antes, había circulado a través de las redes un burdo montaje en el que Moreno Valle aparecía vestido de mujer en una especie de fiesta gay.

Los autores del video colocaron el rostro inanimado de Moreno Valle en el cuerpo de una “vestida”.

Y a la producción le llamaron algo así como “Las locas de Atlixco”.

(El equipo del exgobernador lo blindó para que no se enterara de ese acto de propaganda en aras de que no se desestabilizara en el debate).

Recuerdo perfectamente cómo, en una reunión con periodistas —en el contexto de un partido de futbol entre México y Francia, en el mundial de Sudáfrica—, López Zavala celebró con éstos con una comilona.

Cosa curiosa: hasta en el discurso agradeció el apoyo de sus propagandistas.

Todos creyeron que el video trucado mataría a Moreno Valle.

El efecto contrario fue avasallador.

Moreno Vale aplastó a López Zavala por doce puntos de diferencia.

Lejos de aniquilarlo, la guerra sucia en su contra lo fortaleció.

Los asesores de los aspirantes tendrían que tener muy claro el efecto búmeran de la mala propaganda.

En los momentos en que redacto esta columna, Twitter me trae novedades de los propagandistas camuflados en periodistas.

O sedicentes periodistas.

Sus patrocinadores seguramente estarán contentos.

Ufff.

La propaganda —diría Noroña de su mujer— “es más lista que el hambre”.

Aunque hay propaganda tonta.

O mala propaganda.

Terriblemente predecible y vomitiva.

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