Ayer se anunció con bombo y platillo la incorporación de Marco Antonio Ramírez, alias La Cosa, al proyecto del senador Alejandro Armenta Mier. El movimiento lo vendieron como si se tratara de la gran incorporación de “cuadros importantes” de Acción Nacional. La realidad es muy distinta. De entrada, todavía no se sabe si La Cosa presentó su renuncia como militante del PAN o solo se fue a la campaña de un aspirante de la casa de enfrente para después regresar si es que las cosas no salen bien. Dejar el partido implicaría que su lugar en la Comisión Permanente tuviera que ser ocupado por otro militante y eso implica todo un procedimiento. Por otra parte, ¿cuál es la importancia o el peso real de Marco Ramírez en el panismo local? Más allá de ser un burócrata de medio pelo, es ampliamente recordado por haber sido comparsa -otros lo denominan como patiño- en la contienda interna del PAN en 2016. En ese año, el morenovallismo simuló una precampaña para ungir a José Antonio Gali Fayad como el candidato a la mini gubernatura. El panista que se prestó a tal simulación fue nada más y nada menos que nuestro héroe ahora morenista, quien se subió a su motocicleta para recorrer sólo 10 municipios y, posteriormente, se presentó a cobrar por los servicios prestados. Quienes conocieron de cerca dicha maniobra aseguran que Ramírez se hizo acreedor a 5 jugosos larines. ¿Será?
LAS CUENTAS DE LA PROMOCIÓN
Si existe un dirigente de la oposición que ha sabido ejercer su condición de manera inteligente y valiente ese es Jesús Zaldívar Benavides, presidente del Comité Directivo Municipal del PAN en la ciudad de Puebla. Solo basta recordar que su crítica punzante va acompañada de datos finos y, sobre todo, pruebas. Un botón de muestra: Zaldívar fue el encargado de sacar a la luz las marranadas que cometieron en la administración de Claudia Rivera Vivanco en la adquisición de 26 mil despensas y kit sanitarios como parte del plan de contingencia por la pandemia de Covid-19. Lo hallado fue una joya: sobrecostos, contratos hechos a modo, uso de facturas para tapar movimientos, entre otras lindezas. Ahora, Chucho Zaldívar ha llamado la atención nuevamente al poner el dedo en la llaga en la descarada campaña de los aspirantes a la gubernatura y presidencia de la República de Morena en espectaculares. Las cuentas del panista dan la friolera de 30 millones de pesos en gastos de promoción. ¿Y el INE? ¿Y el Instituto Electoral del Estado? Bien gracias, haciéndose como el tío Lolo.
