Una liga tiene resistencia. Si la estiras muchas veces, se rompe, no da para más.
Este símil de una liga, comparado con la Liga MX, tiene mucho que ver. En ningún momento dudo de la capacidad de su director señor Arreola. Diferentes cargos fuera del futbol ha desempeñado quedando claro el fuera del futbol. Me queda claro que situaciones importantes en sus diferentes cargos las dejó pasar o se cubrieron con el manto del tiempo. Muchas de estas, por supuesto, no son del dominio público, como sí lo son los acontecimientos en su mandato de la Liga MX.
Solo por mencionar sucesos, de atrás hacia adelante (el último se dio el pasado viernes), de la poca importancia, pasando por el poco valor que se le da a La Liga MX. Queda claro que el tema importante es la Selección y la Liga pasa a ser el hermano adoptado que no tiene merecimientos de la mínima atención.
Empiezo por mencionar el juego suspendido entre Querétaro vs América, por el mal estado de la cancha y que tendría que disputarse el fin de semana. El público en general se entera de la suspensión el pasado viernes, como si la cancha, esa mañana de viernes, hubiese amanecido en malas condiciones, cuando una cancha está en malas condiciones de 2 o 3 semanas para atrás y no de la noche a la mañana. ¿Nadie se dio cuenta de su estado? ¿Hubo llamada a cuentas de favores pasados o futuros para la decisión de suspender? Muchas dudas saltan a la vista, pero la liga se la pasan por el arco del triunfo.
Una más. El señor Larcamón trabajó un año sin el permiso correspondiente. Su contrato era de dos años y se le tramitó un permiso por un año. Después ejerció su contrato por el año que faltaba con el detalle que lo hizo sin permiso de trabajo: lo mínimo es que en sus registros hubiera saltado una alarma, pero nadie dijo nada, la alineación indebida se hizo durante 34 juegos y nadie dijo nada. Mediante una investigación de Nacho Suárez, El Fantasma, el hecho, con papel en mano, salió a la luz, misma luz que nadie dijo nada, pasaron otros acontecimientos, otras noticias y la luz se apagó.
También otro juego suspendido porque el avión que los llevaría al destino final no salió por las cenizas del volcán, pudiendo tomar uno a la Ciudad de México y llegar al destino por carretera. Simplemente se suspendió. Más favores, más arreglos.
En la fecha 4 de la temporada pasada, el juego Querétaro vs Cruz azul se suspende, sin causa justificada. Aquí había que esperarse hasta el 29 de marzo, fecha que se cumplía el año de suspensión del estadio Corregidora, y aprovechar la taquilla. De esta suspensión, salieron muchos chivos expiatorios, pero ninguno importante y de las muertes e incapacidades del público nadie habló: solo se tomó como un enfrentamiento entre dos porras con algunos golpeados.
En un juego América vs Monterrey, cuando a todos los jugadores se les hacía la prueba de Covid, Funes Mori, del equipo Monterrey, participó en el juego. Las pruebas y los cuidados que el momento ameritaba, no podía ser de otra forma, les valió.
En la última asamblea o junta de dueños se mencionan los valores que había tenido La Liga en lo económico. Cada peso que revaluó a los equipos, fue un peso que se devaluó en credibilidad. El público acude a los estadios, prende su televisor, compra camisetas.
Otros comentamos o escribimos de La Liga, sin dejar de ser nuestro mejor aliciente, todo envuelto con un papel encantador llamado FUTBOL, pero no hay partido, contratación, jornada, campeonato, liguilla o campeón, que por esta poca o nula veracidad de los hechos, que se suceden día a día, nos cuestionemos en manos de quién está toda esta organización.
La FMF como muchas instituciones de carácter público o privado han perdido veracidad, la gente ha dejado de creer en ella y eso es veneno puro para la sociedad. Así estamos. Si pienso que lo mejor sería que la liga, de tanto estirarla, diera de sí y se rompiera. Entonces, con una nueva, podría haber cambios.