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viernes, noviembre 22, 2024

El infierno de todos tan temido

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Una vez que trascendió que los bosques de Zacatlán ardían en llamas, el gobernador Sergio Salomón y su esposa Gaby se trasladaron a ese municipio de la sierra norte.

De hecho, técnicamente los poderes del estado fueron trasladados a esa región.

Y desde el primer momento inició una operación brutalmente complicada, ya que todo operaba en contra: el intenso fuego y las intensas temperaturas.

El gobernador se puso al frente del operativo —en el que participó, además, la Guardia Nacional— y trazó una estrategia que requería, ufff, un fenómeno atmosférico de tipo hidrometeorológico: la lluvia.

Una lluvia tan brutal como el fuego que arrasaba con los bosques de pino, cedro, caoba, sauce, encino y cedro blanco, además de los árboles frutales como el manzano, el membrillo y el tejocote.

Y cuando todo se veía perdido, sobrevino la lluvia.

Al momento de cerrar esta columna, el gobernador sigue dirigiendo el operativo en Zacatlán.

¿Qué manos miserables provocaron tal catástrofe?

En uno de los videos que circularon en las redes, una mujer desesperada se pregunta ‘¿quién hizo esto?’.

Y es que sólo hay tres causas de incendios forestales: los naturales, los accidentales y los intencionales.

Por cierto.

Entre las víctimas no hubo un solo ser humano.

(Y los vecinos que vivían en las zonas aledañas a la barranca están recibiendo ayuda desde el primer momento).

Lo que sí hay que cuantificar entre las víctimas son las numerosas especies de aves y reptiles que pueblan la zona.

A saber:

Carpintero bellotero, lagartija espinosa del mezquite, lagartija alicante, cardenalito papamoscas, junco ojos de lumbre, capulinero gris, pinzón mexicano, dragoncito de la sierra y camaleón de montaña.

Hoy en la barranca —principal zona afectada— sólo hay un olor a quemado y un color a ceniza que entristecen las almas.

Qué tragedia.

 

 

El amigo que traicionó a AMLO. El libro “Traición en palacio (el negocio de la justicia en la 4T)”, de Hernán Gómez Bruera, ha empezado a generar bilis amarilla en diversos actores que hasta hace poco eran elegantes señores de sombreros de copa.

Julio Scherer Ibarra, hijo de don Julio, es el personaje central de la trama que empezará a circular este lunes 26 de junio.

En la presentación del libro publicado por Grijalbo, Gómez Bruera, hermano del célebre Facundo, recuerda que durante la despedida que le hizo el presidente López Obrador, en una Mañanera, éste dijo que Scherer —Consejero Jurídico del gobierno federal durante los primeros años del sexenio— había decidido “dejar el cargo y el encargo”.

Estas palabras son mágicas en el vocabulario de AMLO.

Y suelen ir cargadas de mensajes.

(A Scherer lo despidió, al decir de Gómez Bruera, por haber montado una red de negocios judiciales con una serie de despachos asociados, junto con los cuales incurrió en presuntos casos de corrupción, extorsión y tráfico de influencias).

Cargo y encargo no son sinónimos para el presidente.

De hecho, en la 4T hay personajes sin cargo que tienen encargos poderosos.

Tres ejemplos:

El empresario Alfonso Romo, Tatiana Clouthier y Adán Augusto López.

A este último le dijo algo así como “ahí te encargo” cuando anunció que se iba a participar en el proceso de la sucesión presidencial.

(Equivalente de los románticos Juegos del Hambre).

Adán Augusto tiene un encargo: que la sucesión culmine con un final feliz.

Paradójicamente, en la 4T hay personajes que tienen cargo, pero no encargo.

En este caso, su papel es meramente decorativo.

En Puebla, por ejemplo, pasa lo mismo.

¿Qué es mejor?

Sin duda el encargo.

(El cargo sólo sirve para estar en la nómina e ir al Kampai a comer pato laqueado).

Regreso a Scherer.

Don Miguel Barbosa Huerta lo conocía tan bien que poco confió en él.

De hecho, cuando apenas aspiraba a ser candidato a la gubernatura, en 2018, supo de qué estaba hecho el entonces poderoso asesor del candidato López Obrador.

La historia la platicó varias veces.

Al concluir el proceso de encuestas para definir la candidatura, Enrique Cárdenas, exrector de la UDLAP, empezó a grabar videos con el beneplácito y el aval de los Scherer —Julio y Hugo.

Tanta fue la fuerza del mensaje, que don Miguel les creyó y se retiró de la contienda.

Eso duró muy poco tiempo, pues cuando viajaba con doña Rosario a Tehuacán recibió una llamada de Andrés Manuel López Beltrán —Andy— para felicitarlo por la candidatura que acababa de ganar.

Esa trama dejó al descubierto, entre otras cosas, la perversidad de Scherer Ibarra.

Ya convertido en gobernador de Puebla, don Miguel fue víctima de constantes señalamientos en la oficina del ya poderoso consejero jurídico.

Además de llevarle dulces típicos le llevaban chismes e intrigas.

La cosa no prosperó gracias a que el presidente no escuchó las maledicencias.

Scherer, pues, será un foco rojo en estos días tras la publicación del libro.

Mucha tinta correrá sobre él y sus socios, a quienes ya investigan en la Fiscalía General de la República.

La traición en palacio no fue cualquier cosa.

Y ésta no fue cualquier traición.

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