Si algo hay que agradecer al volcán Popocatépetl, es que las actividades de los precandidatos locales se vieron reducidas al mínimo en la ciudad, salvo una conferencia de medios por allá y otras pequeñas manifestaciones políticas por aquí, en aras de atraer simpatías hacía ellos.
Las primeras planas y toda la información del fin de semana y esta que comienzo, seguirán siendo sobre la actividad natural de nuestro volcán. Lo único que queda por parte de los gobiernos, es la política de la prevención y estrategias públicas para evitar situaciones de alto riesgo social.
La intensa actividad volcánica que estamos presenciando, lleva más de diez días y mantiene de tiempo completo a las autoridades estatales, ocupadas en todo lo que implica las erupciones de “Don Goyo”.
En fin, ahora quisiera plantear unas cuántas líneas sobre las mayorías y las minorías, un asunto político mencionado por el presidente, acerca de ganar la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, para los próximos comicios.
La representación de las minorías en el Cámara de Diputados y los congresos locales, están garantizadas en la propia Constitución política. Su presencia parlamentaria es una conquista que se ganó en el país desde la primera reforma electoral en 1979, cuando la izquierda mexicana lucho para obtener su registro legal y poder participar en las elecciones presidenciales.
De esta forma y poco a poco, los partidos de oposición fueron logrando escaños y se empezaron a formar las minorías legislativas. Cuando el PRI, fue el partido de Estado y lograba obtener las mayorías simples y calificadas, que le permitieron aprobar y controlar todo.
Cuando uno interpreta sobre ganar la mayoría no relativa, en las próximas elecciones de junio del 2024, obviamente que nos remiten a los años del partido único. Algunos dirán que son otras circunstancias, que son tiempos de la llamada 4 transformación, pero en el fondo es lo mismo.
Las luchas por ampliar la democracia representativa en el país, fue importante y la representación proporcional sirvió para evitar la sobrerrepresentación de un partido, son los equilibrios políticos, que permiten evitar el abuso del poder. Avasallar a las minorías y convertirla en una fuerza meramente testimonial, no ayudaran en nada a la democracia electoral.
En un ejemplo de caso, veamos los números de las recientes elecciones federales en Puebla, para observar, como hoy el partido hegemónico (Morena), junto con sus aliados tienen la posibilidad de ganar los 15 distritos electorales que estarán en juego el año que viene y una oposición que le urge no seguir perdiendo espacios políticos.
En los comicios del 2018, AMLO, logró 24 millones 127 mil 451 votos, Morena aporto, 20 millones, PT y PES sumaron el resto.
En Puebla, el partido en el poder (Morena), PT y PES, lograron un millón cien mil votos. La oposición (PAN, PRD, MC), obtuvo 643 mil 504 votos y el PRI que participo solo, obtuvo 147 mil votos.
El bloque de Morena se llevó 14 de los 15 distritos electorales federales, perdió solo el distrito dos y el 15 con cabecera en Tehuacán, fue en donde más votos logró, 99, 513. Los nichos electorales de la ciudad los perdió el PAN y al PRI le fueron arrebatados sus distritos de la sierra norte y la mixteca en donde ayer tenía su voto rural asegurado.
Con un detallito, en este proceso la presencia de López Obrador, como candidato presidencial, les jalo un caudal de sufragios para todos los puestos. La oposición se desdibujo y quedo muy reducida.
Para las elecciones intermedias del 2021, la situación medio mejoro para la oposición, quien sumo al PRI a su bloque partidario. Morena, suplió al PES, quien perdió su registro nacional y lo suplió con el PVEM, que le sumo sus votos verdes. MC abandono la alianza con el PAN y PRD, optando por ir solo a las elecciones.
La alianza (MORENA, PT, PVEM), obtuvo 1 millón, 140 mil, 822 votos; el bloque (PAN, PRI, PRD) creció con relación al 2018, con 986 mil, 787 votos. Morena y aliados se llevaron 11 distritos; el PAN junto con su alianza, se llevó cuatro distritos federales, recuperando Cholula y tres distritos de la ciudad.
La actual composición del Congreso de la Unión: Morena, tiene 201 diputados federales; PAN 114; PRI 69; PVEM 41; PT 33; MC 27 (solo) y PRD 15.
El bloque opositor para evitar que Morena, se lleve la mayoría de los distritos, deberá ganar por lo menos la mitad de los 15 distritos electorales federales. Tendrán que elegir sus métodos para elegir a sus mejores perfiles, recuperar sus espacios territoriales y mantener su alianza partidaria.
Morena y sus pequeños aliados, sin la imagen de AMLO, con cientos de aspirantes deberá sortear y legitimar sus procesos internos para la elección de sus candidatos. Mantener su unidad partidaria, porque algunos buscaran reelegirse y otros más llegaran por acuerdos nacionales.
Por supuesto que para el 2024, no sólo será la presidencia de la república, la que estará en disputa, también la mayoría de los 300 distritos electorales en el país. La disputa por el poder ahora también es por la mayoría del órgano legislativo.
Algo que no es nuevo entre los partidos políticos, llamados grandes, siempre han buscado tener una mayoría suficiente para sacar adelante sus propias reformas y proyectos políticos. A mi parecer, nunca han sido democráticos los procesos de votaciones en donde se aplasta a las minorías existentes. Hoy el llamado oficial es a llevarse todo.
